jueves, 31 de marzo de 2016
Xian Shi: cuando tu segunda alma toma el control - Artículos
jueves, marzo 31, 2016
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De los rincones más oscuros de la Antigua China nos llegan rumores de una criatura notablemente desdichada: Xian Shi.
Se dice que Xian Shi nace a partir de un acontecimiento infrecuente en otras mitologías.
Todas las personas poseen dos almas, sostiene esta tradición: la primera, cuya densidad varía entre cada individuo, se ocupa de regular las funciones orgánicas; la segunda alma, llamada P'O, es la encargada de reunir y definir la esencia del ser, única e irrepetible.
Podemos pensar en el P'O como el núcleo de nuestra personalidad; aquello que nos individualiza, que nos hace ser quienes somos.
Ahora bien, esta segunda alma no siempre es estable; de hecho, el P'O puede llegar a experimentar horribles transformaciones.
Contrariamente a lo que ocurre en la tradición tibetana del Bardo Thodol, donde el proceso de la muerte transcurre exactamente en 49 días, período que incluye la agonía, el fallecimiento del cuerpo propiamente dicho y la posterior desencarnación del alma y sus vagabundeos por el más allá; la leyenda del P'O se torna siniestra ya que la segunda alma no es esencialmente pura ni impura, lo cual abre un amplio abanico de posibilidades.
Al morir, el alma que gobierna sobre nuestro organismo también fallece; sin embargo, el P'O no. Se desprende del cuerpo sin vida y accede, si todo sale bien, a una región singular con algunas similitudes con la noción del plano astral. Sin embargo, las cosas pueden salir horriblemente mal.
Según su condición, el P'O puede rechazar la idea de morir, o bien extraviarse en su camino al más allá. Frente a esta disyuntiva, nuestra segunda alma puede elegir entre la aniquilación, disolviéndose poco a poco en los páramos yermos que rodean los círculos eternos, o bien regresar al cuerpo donde habitó para intentar reanimarlo.
Naturalmente, el P'O no posee ni los conocimientos ni la esencia del alma orgánica, de forma que su regreso al cuerpo no siempre es eficaz. En el arte, este retorno tenebroso suele ser retratado bajo la figura de un anciano que golpea la puerta de una casa vacía durante la noche.
Es entonces que la segunda alma ronda en torno al cadáver durante varios días, ocupando sus órganos, intentando reanimar los mecanismos musculares; hasta que por fin, ya desesperada por volver a experimentar estímulos sensoriales, consigue reanimar parcialmente el cuerpo.
Siendo que el P'O sólo se ocupa de ejercer las funciones intelectuales y espirituales del ser, desconoce por completo la delicada obra del alma orgánica. Es así la segunda alma articula de forma inusual los chakras del cuerpo, generando un ser abominable conocido como Xian Shi.
Pero el problema no termina ahí.
El P'O es desalojado del cuerpo luego de este despertar antinatural; y una tercera alma, sometida al silencio por las otras dos durante la vida, resurge. Es el alma animal, los impulsos básicos, en carne viva, quienes ahora accionan la insegura motricidad del cadáver.
Extrañamente, ninguna de las almas puede habitar en un cuerpo en ausencia de la otra, de manera que el resultado de este último desalojo es una criatura ausente de humanidad: sanguinaria, bestial, perfectamente incapaz de sentir, hablar, o razonar siquiera primitivamente.
El Xian Shi sólo es capaz de albergar impulsos violentos. Su vida de ultratumba es corta, ya que el cadáver continúa normalmente el proceso de descomposición, permitiéndole apenas unas semanas de andanzas feroces hasta que sus músculos finalmente se consumen y le impiden moverse.
Esta idea de que ciertos cadáveres pueden articular movimientos después de la muerte trasciende las fronteras de la China.
De hecho, son muchos los grimorios y tratados nigrománticos que especulan sobre esta posibilidad mucho antes de que se extienda en occidente la tradición de los zombis o los vampiros. Algunos de estos libros extraños van todavía más lejos y sostienen que ciertos iconos de la vida de ultratumba, como los vampiros y los hombres lobo, habitan en el plano astral.
Uno de estos libros prohibidos: De masticatione mortuorum in tumulis —de la masticación de los muertos en las tumbas— es conocido por denunciar que ciertos cadáveres cultivan el pernicioso hábito de roerse en la fría quietud del sepulcro.
FUETNE: elespejogotico.blogspot.com
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