El juego de la medianoche (2da parte) - Historias de terror

Cuando mi prima me propuso jugar en su casa aquella noche en la que me invitó para hacerle compañía lo último que esperaba era algo así. Teniendo en cuenta que ella no podía ver una ouija sin que le dieran escalofríos. Había encontrado el juego en internet un par de días antes, me juro que estaba muy de moda en EE.UU y quería probarlo así que le seguí la corriente.

Me paso una nota en la que había escrito las reglas del juego y su origen. Según la misma "el juego de la medianoche" era un ritual pagano que se usaba desde hace miles de años para castigar a los que incumplían las normas que sus Dioses les habían impuesto; eso debería haberme dado alguna pista de lo que se me venía encima, pero en ese momento no me importó. Memorice lo mejor que pude todas las reglas e ingredientes y nos preparamos para jugar.

Aclaro que no voy a dar todos los detalles. No quiero que jugueis, no quiero que PERDAIS. Pero es necesario que nombre algunas de las reglas para narrar la historia. Tened en cuenta que he omitido cosas por vuestro bien.

El juego debe empezar a las 12 de la noche en punto, todas las luces de la casa deben estar apagadas excepto la vela que cada participante lleva consigo. También se necesita al menos  una gota de sangre de cada jugador, papel, tinta y por supuesto cerillas o un mechero.

Un par de minutos antes de que dieran las 12 nos pusimos frente a la puerta principal, escribimos nuestros nombres completos, cada una en un trozo de papel, pusimos la vela encima, nos pinchamos los dedos y dejamos caer la sangre sobre el, golpeamos la puerta varias veces, la abrimos y apagamos la vela. Según las instrucciones acabábamos de dejar entrar al hombre de la medianoche.
Cerramos la puerta, volvimos a encender las velas a toda prisa y comenzamos a movernos.

Vereis… en esto consiste el juego, no dejar que el hombre de la medianoche te atrape.
Si la vela se apaga significa que está cerca y debes encenderla inmediatamente, si no lo haces rápido el hombre de la medianoche te hace alucinar hasta las 3.33 de la madrugada que es cuando acaba el juego. Si consigues esquivarlo hasta esa hora ganas, es por eso que no puedes parar de moverte por las diferentes habitaciones, para que no consiga atraparte.

La casa de mis tíos es una casa grande. Era un milagro que la tuviéramos para nosotras solas, supuse que fue esa la razón por la que mi prima se empeño en invitarme y jugar ese maldito juego. Podíamos ir de un lado a otro sin que nadie nos molestara y asustarnos mutuamente si la cosa se ponía aburrida. 

Nos encantaba pasar miedo, al menos eso creíamos…

Así se hicieron las 12.30 sin ninguna novedad, ambas nos movíamos juntas y para ese entonces estábamos en la cocina. Nos reíamos tontamente por los nervios cuando un soplo de aire apago su vela. A toda prisa volvió a encenderla y para mi sorpresa me acusó de haberla apagado. Discutimos varios minutos hasta que decidimos que lo mejor era que cada una fuera por su cuenta durante el resto del juego.
Obviamente me arrepentí enseguida de esa decisión pero no pensaba dejar que ella lo supiera. Seguí moviéndome y a la 1.20 me encontraba en la habitación de mis tíos mortalmente aburrida probando los perfumes cuando escuche a mi prima gritar abajo. Estúpida de mi, me di tanta prisa en bajar las escaleras que mi vela se apago a mitad de tramo.

Me entro el pánico, no quería tropezar y partirme el cuello pero seguía escuchando gritos y no podía perder el tiempo en volver a encenderla así que tanteando el pasamanos conseguí bajar todos los escalones. Ví que el resplandor de su vela venía de la sala de juegos de los niños pero ya no gritaba. Para cuando llegue allí me había convencido a mi misma de que con lo asustadiza que era se le había apagado la vela y había estado gritando como una tonta hasta que consiguió prenderla. Estaba encendiendo la mía al entrar por la puerta con un insulto en la punta de mi lengua para la “gritona” cuando una risa horrible me puso los pelos de punta; cuando alcé la vista vi a mi prima observándome fijamente apoyada en la casa de juguete de su hermana, pero allí donde debían estar sus ojos solo había unas cuencas vacías. Volvió a reírse y su boca se ensancho hasta las orejas de una forma macabra como si fuera una cremallera que le da la vuelta a toda su cabeza y se estuviese por partir a la mitad.
La que gritaba ahora era yo corriendo de vuelta hacia el piso de arriba y tapando la llama de mi vela para que no volviera a apagarse.

Al pasar por su habitación vi que estaba sentada en su cama, con la vela apagada en su regazo y me miraba con suprema tristeza. La contemple desconfiada durante un par de minutos pero al ver que no pasaba nada y que parecía esperar a que yo hablara comencé a narrarle lo que acababa de ver, mientras me acercaba a encender su vela. Comprendí tarde pero... claro! había dejado que la mía se apagara y aluciné aquella horrible visión!; sin embargo cuando quede a centímetros de ella se aparto bruscamente evitando el mechero y me hablo por primera vez desde que nos peleamos. – ¿No te das cuenta? , yo ya he perdido.-  Me la quede mirando y sentí un escalofrió horrible, recordé el motivo por el cual mi vela se había apagado: fui a toda prisa a socorrerla abajo, por lo tanto… ¿Como podía mi alucinación haber empezado antes de que mi vela se apagara?. Y entonces… Se volvió a apagar. Solo que esta vez percibí la ráfaga de aire que venía por detrás.
Sabía que había alguien más allí, llame a mi prima que se encontraba a un par de metros pero no recibí respuesta. Volví a llamarla alejándome de la entrada que es donde intuía estaba la presencia pero la maldita seguía callada; la odie con toda mi alma por no contestarme en un momento así, ¿No se daba cuenta de que todo esto ya no tenía gracia?.
Estaba tan paralizada que no conseguía que el mechero funcionara de nuevo. Traté de prender la luz pero el interruptor no funcionaba. Cuando por fin conseguí encender la vela mi prima estaba justo frente a mi y detrás de ella había lo que solo puedo describir como la sombra solida de un hombre muy alto. Entonces repitió  – Yo ya he perdido – . Le dio la mano a aquella cosa y se… ¡Esfumaron!.
Al superar la impresión pase el resto del juego llamándola de habitación en habitación pero no la encontré por ningún sitio. Por supuesto intente usar el teléfono y abrir la puerta de la casa pero estaba atrapada e incomunicada; ¿qué mierda habíamos hecho?. Solo podía aferrarme a mi vela e intentar dejar de temblar mientras seguía dando tumbos; fue la experiencia mas horrible de mi vida; ví sombras moverse frente a mi todo el tiempo, pero ninguna la suya.

Justo a las 3.33 de la madrugada la luz de su habitación se encendió. Caminé hacia su cuarto prendiendo todas las luces que tenía a mi paso para sentirme más segura y al entrar en la habitación la encontré... allí estaba tirada en la cama, con los ojos abiertos y la piel grisácea.
No pude mas, salí corriendo y gritando, recuerdo haber perdido el pie en la maldita escalera y haber rodado los seis últimos escalones, no sentí nada, solo quería salir. La puerta por fin podía abrirse y llegue a casa de los vecinos completamente histérica. Llamaron a la policía. Mi prima llevaba muerta más de 24 horas.

Así que os lo suplico… No jugueis a esto. Si perdeis es probable que alucinar sea el menor de vuestros problemas a la hora de intentar ganarle al hombre de la Medianoche.

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