domingo, 26 de abril de 2015

Un gato - Historias de terror



Bajas del autobús, en esa calle oscura donde apenas titilan los farolazos de las veredas. Ni un alma camina por ahí. Es medio inoportuno preguntarte porqué estas allí, pero es inevitable, hay que pasar por ese lugar para llegar a casa. Tampoco es tan tarde, apenas da 21:34 el reloj…

Miras a los dos lados de la calle antes de cruzar, no sabes la razón, si de todas formas nadie transita por aquel camino de cemento tan liso y tan frío. Todavía falta media cuadra para abandonar esa sensación de soledad que tan buena compañía hace con la oscura noche. Cada paso que haces es un alivio a tu débil mente.

Pero todo comienza a cambiar. La imaginación empieza a jugarte malas pasadas y se transforma en tu peor enemiga, aunque la puedes vencer, ya falta poco para estar lejos de todo este malestar.

Te detienes ¿Acaso alguien habló detrás de ti? ¿Cómo? Si cuando pasaste hace unos segundos no había absolutamente nadie. Se te eriza la piel. ¿Girarás la cabeza? Claro que sí, la curiosidad vence al miedo. Sólo esperas encontrarte con algo temible, que te ponga pálido del susto, y te dé ganas de correr el trecho que falta hasta tu casa. No es lo que esperabas: una abuela, con su gato blanco, no hay nada de que temer, es blanco, es blanco.

No hay rastro de nada que parezca raro. La abuela parece agradable. Te pide disculpas por haberte asustado, se dio cuenta claro. Te pregunta la hora, agradece, se despide y sigue su rumbo. Una sonrisa espontanea se dibuja en tu cara. Sientes que todo está más que bien, pero al mismo tiempo te ves como una nenita por haberte alarmado.

10 pasos hasta tú casa, nada malo puede ocurrir. Golpeas la puerta como de costumbre, tu madre siempre atiende. Y si no es ella, tu padre. En caso de que no estén, nada de qué preocuparse, una nota siempre hay dentro de tu hogar. Nadie contesta (…) Perfecto, usaras la llave que mamá te dio, pues ya eres demasiado grande como para no tener una. Abres la puerta. Pensabas que todo iba a ser una satisfacción, pero no. Tus padres, están totalmente desfigurados, en un inmenso charco de sangre, con los ojos y la boca abierta, sus extremidades incompletas, lo que les faltaba está esparcido por todo el living. Las vísceras fuera de su respectivo lugar. Una escena que definitivamente supera a todo lo que has visto en la deep web.

No estás en todos tus cabales, es entendible, a nadie le gustaría ver eso. Gritas. Te agarras del cabello hasta arrancarte un poco de cada lado, tu piel se aclara, tus ojos se hinchan, tu mente muere. …Pero ¿qué? ¿Qué es eso? Se mueve algo debajo de lo que alguna vez fue tu padre… Un gato... un gato blanco.

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