miércoles, 18 de marzo de 2015
Soñar con un muerto - Artículos
miércoles, marzo 18, 2015
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Creado por por (Aelfwine) Sebastián Beringheli para "El Espejo Gotico"
Todos alguna vez hemos soñado con alguien que está muerto, pero las sensaciones que se desprenden de esos sueños varían de un individuo al otro.
En los sueños nada es lo que parece ser; o mejor aún, en los sueños las cosas siempre son eso que representan (y que desconocemos) pero también algo más.
La muerte es un ejemplo claro.
Los sueños relacionados con la muerte rara vez tienen que ver con la muerte física, sino más bien con el término o final de algo. Puede tratarse de una relación afectiva, una amistad o un trabajo, por ejemplo.
De hecho, los sueños de muerte en los que realmente se logra identificar a la muerte son extremadamente raros. Cuando esto ocurre el despertar trae consigo una tremenda sensación de angustia.
Soñar con alguien que está muerto, es decir, con alguien que ya ha fallecido, suele expresar sentimientos de insatisfacción con respecto a la vida actual.
Si, por ejemplo, la persona muerta con la que soñamos se muestra agresiva, incluso acusadora o directamente vengativa, entonces expresa algún grado de culpa que el soñador experimenta en relación con esa persona.
Antiguamente se creía que soñar con una persona que ha muerto recientemente indicaba algún tipo de comunicación paranormal con el más allá, es decir, un mensaje que la persona muerta enviaba a los vivos.
Si bien sería ridículo desestimar esta creencia, al menos en todos los casos, por lo general soñar con alguien que ha muerto hace poco puede traducirse como la materialización de la realidad de muerte, es decir: nuestro inconsciente ha aceptado que esa persona está muerta.
Podemos tomar este tipo de sueños como escenarios de aceptación.
Así como nuestra mente consciente tarda en habituarse al fallecimiento de alguien, período en el que se percibe una mezcla de ausencias y presencias en torno a los objetos, los lugares, e incluso los hábitos de la persona muerta; el inconsciente también realiza su período de adaptación, que concluye con el primer sueño de esta clase.
Recién con el tiempo se pueden llegar a analizar con mayor profundidad los sueños con personas muertas.
En este contexto, soñar con abuelos que han muerto casi siempre indican la sospecha de alguna noticia desgraciada.
Soñar con la muerte de la madre, estando aún viva o no, revela sentimientos de rebeldía, de emancipación, de independencia.
En cambio, soñar con la muerte del padre siempre se relaciona con sentimientos de culpabilidad y aislamiento.
Por extraño que parezca, antiguamente se creía que besar a una persona muerta en sueños era un presagio de buena suerte, e incluso significaba el advenimiento de una herencia o una dádiva imprevista.
Soñar con animales muertos, especialmente mascotas (perros y gatos, en su mayoría), siempre son un indicador de cierta angustia existencial ligada al paso del tiempo. Soñar con peces muertos, ya sea en una pecera como a orillas del mar, representa el fracaso en las esperanzas.
Se dice que soñar con las cenizas de alguien es una especie de contextualización filosófica de alguna catástrofe minúscula. En otras palabras, las cenizas simbolizan la derrota del orgullo, de la vanidad, de la soberbia.
Soñar con entierros ya es un poco más complejo, debido a que se trata de un sueño con muchas variantes y que a menudo se convierte en un sueño recurrente.
Todo entierro soñado simboliza la aceptación de que algo ha terminado, incluso la vida de alguien. Los enterradores representan lo material (y a veces los bienes materiales); mientras que el ataúd puede simbolizar una decisión irrevocable, nuestra o de terceros, por ejemplo, alguien que nos ha abandonado.
Ahora bien, los sueños en los que somos enterrados vivos causan tanto pavor que el soñador rara vez recuerda otra cosa que la sensación claustrofóbica de encontrarse encerrado en el ataúd.
No obstante, al indagar en el sueño se puede descubrir que, en realidad, este tipo de sueños trata de alertar sobre algo o alguien que nos está perjudicando, a menudo presente durante el entierro, de forma concreta o simbólica.
Pero la muerte no siempre es evidente dentro de los sueños.
A veces aparece como un elemento secundario, escénico, que otorga al guión de ese sueño en particular su verdadera naturaleza.
En este sentido los indicadores de muerte más presentes en los escenarios oníricos son los árboles.
Soñar con árboles muertos, sin follaje, hojas o ramas, simboliza sentimientos de desamparo y debilidad de carácter.
Muchos sueños aparentemente felices dejan en el soñador una fuerte sensación de angustia.
Nada en el sueño parece justificarlo. El soñador está rodeado de personas queridas o en sitios alegres; sin embargo, la angustia sigue allí al despertar.
Si profundizamos en el análisis de estos sueños casi siempre encontraremos un árbol muerto.
Los sueños en los que matamos a alguien también son muy habituales. Salvo en casos excepcionales, representan el deseo y el acto de "matar" simbólicamente algo de nosotros mismos.
Este tipo de sueños puede llegar a ser verdaderamente aterrador, ya que parece revelar un perfil oscuro y siniestro que desconocemos.
Sin embargo, se trata de sueños transicionales. De hecho, son perfectamente normales durante los períodos de cambios en la vida.
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