miércoles, 30 de octubre de 2013

Halloween (Origen e historia) - Artículos



Para hablar de Halloween tenemos que remontarnos mucho años atrás, tiempo antes que empiece el Cristianismo. Sus orígenes fueron Célticos (Irlanda, Escocia, Gales). Halloween era en ese tiempo el conocido Festival de la Cosecha (Harvest) o la Fiesta de Samhain (so-wen).

En este particular día (31 de Octubre), se conmemoraba el final del verano y el último día del año, así mismo la llegada del nuevo año que según el calendario Celta comenzaba el 1 de Noviembre.

Esta fiesta con cientos de años de tradición no solamente tenía como motivo celebrar "la cosecha", esta conmemoración involucraba más que eso, el nombre en sí que lleva esta fiesta es "Samhain" nombre que se le da al dios de la muerte (en español posiblemente conocido como "la muerte con la hoz", "la vieja parca", o en inglés con el de "Grim Reaper"), la gente realizaba esta fiesta en este particular día del 31 de Octubre, por diferentes factores; festejaban el fin y principio de año, celebraban las buenas cosechas y ese era el primer día del invierno, día por en el cual la noche empezaba más temprano, el frío se agudizaba y las hojas de los árboles se caían. Todos estos factores naturales hacían más peso para creer que esa noche los poderes de la naturaleza tenían suficiente fuerza para acabar con ellos, ya que la madre tierra y la muerte se aliaban para castigar a los seres vivientes.

Los Celtas tenían que adorar la muerte y pagar tributo a ella, creían que los espíritus de los muertos se apoderaban y rondaban la tierra, realizaban ceremonias especiales dirigidas por los Druidas,los cuales venían durante generaciones inculcando y adiestrando a la gente a seguir una serie de ceremonias, sacrificios y ritos.

Ellos eran considerados como los hombres más sabios de la época, conocedores de todo lo oculto y los únicos que tenían el enlace entre el mundo espiritual y el mundo terrestre. Por lo tanto los seguían ciegamente.

A aquellos que no cumplían con sus demandas se les hacía pagar un gran precio. Considerados por los Celtas como la máxima autoridad les obedecían en todo.

Los Celtas estaban llenos de sumisión, temores y supersticiones debido a la influencia de los Druidas, creían que ese día de Samhaín, la puerta del mundo de los espíritus se abría y las almas de los muertos rondaban por sus hogares, (para alejarlos tenían que tener una luz encendida en la entrada de sus casas con el fin de asustarlos, en lo posible en forma de una cara o algo distintivo para hacerse familiar a la muerte) (aquí es donde viene la famosa vela en la calabaza, también de esta tradición se derivan historias como la de "Jacko lanters").

Otra versión dicta que los Druidas llevaban consigo un gran nabo hueco al que le esculpían un rostro en la parte frontal, esto para representar el espíritu demoníaco en el cual dependían para obtener poder y conocimiento. Este espíritu es llamado "un espíritu familiar".

El nabo encendido con una vela que va por dentro era usado por los Druidas como una linterna conforme iban de casa en casa por la noche, ellos creían que dicho espíritu habitaría en los nabos y los ayudaría a llevar a cabo los hechizos que habían proferido sobre los hogares y vidas de aquellos que se rehusaban ante sus demandas. Cuando esta practica vino a América, en los siglos XVIII y XIX, los nabos no eran conocidos, pero si tenían un vegetal nativo: LA CALABAZA.

El nombre dado al espíritu que habitaba en el nabo era “Jock” y al llegar a América cambio a “Jack” quien vive en la linterna.


Por otra parte los demonios buscaban dominios o personas, cuerpos a quien poseer, matar, o llevárselos con ellos al otro mundo, es por eso que los Celtas hacían grandes fogatas en las calles para saber por donde pisaban. Muchos se cubrían con pieles de animales o fabricaban máscaras con expresiones feas para confundirse con los demonios (de esta práctica salen los disfraces).

También como forma de placer o hacer un trato con la muerte ofrecían una serie de ritos y sacrificios para que durante el año no los toque ni los desfavorezca. Estos rituales eran organizados por los Druidas, antes que la luz se desapareciera el día 31 de Octubre la víspera de la noche tan temida; hacían altares de piedras en lugares específicos, se vestían de blanco y otros colores significativos, se adornaban con brazaletes y coronas preferiblemente bajo grandes robles, una olla de bronce y muchos mas símbolos eran piezas imprescindibles en sus ceremonias, traían animales y personas para el sacrificio; los cuales consistían en horribles torturas colocando las víctimas en el altar principal de piedra. Entonces comenzaban a desgarrar pedacitos de piel para que empiecen a desangrarse y sacaban algunos huesos mientras estos estaban aún vivos.

También en aquellas ceremonias las personas (por lo general campesinos) que querían tener un buen año en sus siembras se les eran reclamados prendas de dinero, ofrendas de sus cosechas, o si no tenían nada de valor para dar, se les obligaba a ofrecer a uno de sus hijos para la muerte a cambio de buenaventura, este mismo "precio" se les exigía a las personas que no asistieran a la ceremonias, e iban tocando de puerta en puerta. Este era el famoso "trato o castigo" en ingles (trick or treating) treat or treat/.

Alone (Short-film) - Videos de terror



Corto dirigido por Damaine Radcliff con una atmósfera muy bien lograda y una tensión que abunda en prácticamente todo el short-film, en el cual una chica que se encuentra sola en casa empieza a ser asechada por alguien.

Morgue (Terror japonés) - Videos de terror



Yohei, un estudiante de medicina, intenta salvar la vida de un joven que ha sufrido un accidente de tráfico. Tras no conseguirlo su existencia se convierte en un infierno...

Los subtítulos en la introducción del video no se ven muy bien pero dice lo siguiente:

"¿El mundo delante tuyo es en la actualidad un mundo de realidad? Si alguien te pregunta eso te reirás. Pero puede haber algunos que perdieron la confianza un momento. Sii, no eres tú... El que está a tu lado."

Lo demás se distingue fácilmente. Disculpen las molestias y la calidad del video.

martes, 29 de octubre de 2013

Un extraño tras la puerta (Noches de terror japonés) - Videos de terror



Los visitantes, pueden venir inesperadamente. Lo desees o no. Solo una delgada puerta te separa del mundo exterior. Y Nunca se sabe quién puede estar detrás...
Así comienza el video que están por ver a continuación.



Disculpen la calidad si encuentran uno mejor notifiquen a Oscuridad Oculta. Muchas Gracias.

La muñeca japonesa (Noches de terror japonés) - Videos de terror



Keiko tiene fiebre y su familia debe salir. De todas formas su tía pasará pronto a cuidarla. Antes de que se vayan la agradable chica pide a su hermana que le traiga la muñeca de su tía, para que le haga compañía en su ausencia. Encantada la deja a su lado y se retiran. Es entonces cuando empiezan a suceder cosas extrañas...

Disculpen la calidad, si encuentran uno mejor no duden en notificarlo.



Para los interesados les dejo la precuela. Ahora sí me despido hasta luego extraños visitantes.

domingo, 27 de octubre de 2013

La Osa (leyenda urbana japonesa) - Videos de terror



Las estudiantes Mami y Rika encuentran una extraña nota en un túnel que advierte la presencia de "La Osa". El mito dice que si te cruzas con una mujer que lleva un oso de peluche en ciertos lugares por la noche, deberás correr para salvar tu vida.



jueves, 24 de octubre de 2013

De Daemonialitate et Incubis et Succubis (Tratado de demonología) - Artículos



De Daemonialitate et Incubis et Succubis es un tratado sobre demonología del sacerdote franciscano Ludovico María Sinistrari, editado en 1680.

De Daemonialitate et Incubis et Succubis es un título complicado de traducir. En español sería algo así: Relativo a los demonios, íncubos y súcubos. La voz Demonialidad, afortunadamente, no ha sobrevivido.

Nacido en Ameno, Italia, Ludvico María Sinistrari fue uno de los exorcistas más experimentados de su época. Sus conocimientos sobre demonología eran requeridos a lo largo y ancho de Europa. Fue el consejero principal de la Congregación por la Doctrina de los Santos, y un miembro ilustre de la rama académica de la Santa Inquisición.

Semejante currículum queda prolijamente destacado en su obra fundamental: De Daemonialitate et Incubis et Succubis.

Este libro prohibido no sólo incluye consejos y sugerencias para los exorcistas, sino que utiliza algunos remedios paganos (oportunamente sacralizados) que resultan efectivos en la batalla del sacerdote con el demonio. También explora cuestiones aberrantes tales como relaciones sexuales entre mujeres y demonios, hombres y súcubos, y distintas combinaciones azarosas.

Ludovico María Sinistrari es uno de esos nombres forjados en acero candente. Sus opiniones a menudo son citadas en diversos procesos judiciales, siempre en un sentido condenatorio, bestial, por la cual no se permite ninguna desviación del orden establecido por Dios en las relaciones humanas sin convertirse en un pecado capital.

Obsesionado con la sexualidad, Ludovico María Sinistrari convirtió al sexo en la herramienta predilecta de Lucifer. Redactó libelos incendiarios, como el Peccatum Mutum (Pecado mudo), que condena la homosexualidad y la asocia exclusivamente con la sodomía. El De Daemonialitate et Incubis et Succubis, por su parte, es menor virulento en cuestiones mundanas. El diablo y su corte son descritos en detalle, incluso sus deseos más íntimos, sus traiciones y miserias, son rigurosamente detalladas por este verdadero martillo de las brujas.

Pero el brazo armado que con tanta pasión ayudó a forjar terminó volviéndose en su principal enemigo. En 1700, un año antes de su muerte, Ludovico María Sinistrari publicó su De Delictis et Poenis Tractatus Absolutissimus (El Tratado Absoluto sobre el Crimen y el Castigo), por el cual condenaba la elección de jueces en base a comisiones y favores. La Santa Iglesia Católica lo incluyó en su Índice de Libros Prohibidos, el Index Librorum Prohibitorum.

Artículo creado por Aelfwine.

Fuente: elespejogotico.blogspot.com.ar/

lunes, 21 de octubre de 2013

De Masticatione Mortuorum in Tumulis (Tratado de vampirismo) - Artículos



De masticatione mortuorum in tumulis (De la masticación de los muertos en sus tumbas) es un curioso tratado sobre vampirismo compuesto en 1725 por el pastor luterano Michaël Ranft.

El libro, utilizado por H.P. Lovecraft en su abultada biblioteca apócrifa, es una refutación del Dissertatio historico philosophica de masticatione mortuorum (Disertación histórico filosófica de la masticación de los muertos), escrita cincuenta años antes, donde se afirmaba que el diablo suele cebarse con la carne de ciertos cadáveres.

Ranft, por su parte, aplica un racionalismo excéntrico, y afirma que los cementerios no son en modo alguno un sitio de descanso. Por el contrario, desliga al pobre Lucifer de todo placer por esta dieta cadavérica, y señala que los verdaderos causantes de la mutilación que revelaban las exhumaciones eran consecuencia del apetito insaciable del propio muerto. Acto seguido, se burla de los remedios folklóricos para retener a los muertos en sus tumbas, tales como enterrarlos boca abajo, llenarles la boca con tierra o piedras, en incluso sellarles la mandíbula mediante tiras de cuero húmedas.

De Masticatione Mortuorum in Tumulis, casi sin desearlo, se convierte en un magnífico recorrido por estas creencias necrófagas.

Eran pocos los que creían en la resignación de los muertos. Al contrario, era común pensar que la vida de intratumba hervía con una actividad sobrenatural. Los muertos tienen un apetito feroz, apunta el mito, implacable, eterno; lo cual los impulsa a efectuar pequeños reconocimientos en torno a sus sepulcros. Muchos enterradores y sepultureros aseguran haber extraído jirones de mortajas de las bocas de los muertos, incluso restos de su propia carne pútrida. Ranft cita un caso muy interesante sobre la exhumación de una tumba ocupada por un matrimonio que se devoró mutuamente en la oscuridad.

Ya el título del libro, De Masticatione Mortuorum in Tumulis hace referencia a una costumbre habitual entre los espíritus intrépidos de la época: pasear por el cementerio, de noche, y detenerse a oir el ruido de los muertos al masticar sus propias extremidades bajo tierra.

Pero De Masticatione Mortuorum in Tumulis es algo más que un intento de explicar porqué los muertos royen sus huesos. Su verdadera intención es explicar el vampirismo como un fenómeno natural. Para ello se basa en el famoso caso de Peter Plogojowitz.

Kisilova, Hungría, 1724. Peter Plogojowitz es acusado de levantarse periódicamente de la tumba para asesinar a sus vecinos. Las muertes, que para algunos ascienden a nueve, generaron una histeria como nunca antes de había visto. En ningún lugar, antes o después, se creyó en vampiros tanto como en aquella remota región de Hungría.

De Masticatione Mortuorum in Tumulis racionaliza estos hechos, aunque de un modo que escandalizaría a nuestros sabios modernos. Ranft menciona que todos los muertos relacionados al caso habían tenido contacto con el cadáver de Peter Plogojowitz, ya sea físico, es decir, táctil, o bien ocular; y relaciona sus muertes con alguna enfermedad que elude las interpretaciones ortodoxas. Aquellos afortunados que no habían visto el cuerpo de Peter Plogojowitz, organizaron una expedición al cementerio de Kisilova. Armados con hazas y palas e iluminados por antorchas abrieron la tumba del vampiro.

Michaël Ranft describe el hecho de este modo:

"Estos valientes hombres perecieron de una muerte súbita y violenta. Esta muerte, sea cual sea su origen, parece causar terribles visiones en los que han atestiguado su faz. Repentinamente, el occiso se alza del sepulcro e inquieta a su círculo familiar, la inquietud trae dolor, el dolor trae melancolía, la melancolía engendra noches de sobresaltos y sueños tortuosos. Estos sueños, sin duda, producen una extraña enfermedad que conduce eventualmente a la muerte."

De Masticatione Mortuorum in Tumulis continúa su largo periplo por la dieta de los muertos. A continuación cita un caso de Leipzig, donde un verdugo, no se sabe bajo qué condiciones, desentierra el cadáver de un hombre enterrado junto a su mujer. De su garganta extrajo una larga cinta de seda blanca que habria sido colocada en la cabeza de la mujer durante la inhumación. En Bohemia, durante 1345, una mujer fue exhumada bajo orden judicial. En su boca se encontró la mitad de la mortaja que la envolvía. Otro caso interesante es el de ciertos cadáveres de Moravia con la inoportuna tendencia a roer sus propias entrañas.

Ranft no se deja llevar por vanas tradiciones populares, y enfoca el problema del vampirismo desde una óptica científica; claro que la ciencia de aquella época variaba notablemente con las férreas normas aceptadas hoy en día, de modo que sus argumentos pueden sonar insólitos al académico fundamentalista. Según el autor, el vampirismo podría ser un residuo psicológico de los muertos en el mundo de los vivos, especialmente de aquellos que han muerto de forma repentina, causando inquietud y horror entre familiares y vecinos que, sugestionados, darían la forma del muerto a ese terror vago e informe que sigue a los dolores espirituales intensos.

No existen, que yo sepa, traducciones al español del De Masticatione Mortuorum in Tumulis, ni existirán jamás. La única manera de estudiar el libro es acercarse a una biblioteca especializada y manejar ciertos rudimentos del latín. Los que sepan leer francés pueden encontrar una traducción del libro llamada De la mastication des morts leurs tombeaux.

Artículo creado por Aelfwine integrante del staff de El Espejo Gótico.

Fuente: http://elespejogotico.blogspot.com.ar/

Tratado sobre los vampiros (por Dom Agustin Calmet) (2da Parte) - Artículos


Artículo creado por Jose Luis Pereyra

En el “Dictionnarie Philosophique” (1764), Voltaire se permitía llamar la atención acerca de la calamidad que en pleno siglo de las Luces se había desatado, la creencia acerca de los vampiros. Y atribuía mucha de la culpa de esta epidemia al ilustre benedictino de la congregación de S. Vannes y de San Hidulfo, el abate de Senone, el reverendo padre Dom Augustin Calmet.

En 1746, Calmet se permitió publicar un largo tratado, la “Dissertation sur les apparitions des esprits et sur les vampires et revenants”, texto que podemos traducir como el Tratado acerca de las apariciones de espíritus y acerca de los vampiros y revinientes, en dos volúmenes. El libro logró un amplio éxito.

El Tratado del padre Calmet en su parte dedicada a los vampiros, no deja de prescindir de los espectros y apariciones; mas puede aseverarse que es el primer estudio amplio respecto a los vampiros en Europa.

En el texto de Voltaire al que hacíamos referencia, se comentaba un hecho curioso, que muestra el interés del filósofo por erradicar una creencia “que provenía de la Grecia cristiana”. Traduzco parte de la argumentación:

“Después de algún tiempo, los cristianos del rito griego imaginan que los cuerpos de los cristianos del rito latino enterrados en Grecia no se pudren, porque están excomulgados. Lo cual es precisamente lo contrario por parte de nosotros, los cristianos del rito latino. Creemos que los cuerpos que no se corrompen están marcados por el sello de la beatitud eterna…

“Los griegos están persuadidos que esos muertos hacen sortilegios, los llaman brucolacas o vrucolacas, dependiendo como pronuncian las letras del alfabeto. Estos muertos griegos van a las casas para chupar la sangre de los niños, comer la sopa de los padres y madres, beber su vino y romper todos los muebles. Sólo se pueden matar quemándolos cuando los atrapan. Pero debe metérseles al fugo tras haberles arrancado el corazón, que se quema aparte”.

La principal queja de Voltaire, resumamos, es la facilidad con que se comunican la superstición, el fanatismo, los sortilegios y los cuentos de revinientes. Mas agrega un dato de interés: sólo se oyó hablar de vampiros y no de broculacas en Europa a partir de 1730.

Calmet advierte en su opúsculo que el término vampiro proviene de upyr, que significa en lengua eslava “sanguijuela”. Y advierte que es el nombre que se les da en las regiones de Moravia, Polonia, Hungría y Silesia, principalmente, a los revinientes.

Asimismo, los lectores de Calmet coinciden en subrayar el interés del tratadista por hacer un análisis de las circunstancias que favorecían el origen de las supersticiones en Europa y las diversas narraciones alrededor del tema, para contrarrestarlas al modo de los grandes disertadores; sin embargo, su trabajo fue un excelente compendio de las leyendas que él deseaba desterrar, aunque prevalecieron.

Veamos algunas de las más notables. Una de las más antiguas inspira ciertamente el opúsculo de Calmet cuando refiere que Charles Ferdinand de Schertz escribió e imprimió en Olmuz –en 1706– un pequeño trabajo intitulado Magia póstuma, dedicada al príncipe Carlos de Lorena, obispo de Olmuz y Osnabruch.

Relevante de la historia contada por Charles Ferdinand de Schertz –conforme al tratado de Calmet– es el siguiente episodio:

Había muerto en un pueblo una mujer. Se le habían administrado los sacramentos y se le enterró en el cementerio de manera ordinaria. Mas pasados cuatro días del suceso, los habitantes del lugar escucharon un gran ruido y un extraordinario tumulto, “y vieron un espectro que se aparecía, tanto bajo forma de perro como bajo forma de hombre, no a una persona sino a varias, a las que causaba grandes dolores, apretándoles la garganta y comprimiéndoles el estómago hasta sofocarlas; casi les rompía el cuerpo, y los reducía a una extrema debilidad, de suerte que se los veía pálidos, flacos y extenuados.”

El remedio contra estos revinientes era el método explicado por Voltaire: el fuego. Aunque en una narración posterior, atribuida al Conde de Cabreras en 1730 se notifica de un segundo procedimiento: cortar la cabeza. Pero tenemos uno más parecido al método adoptado por la literatura procede de la misma época, 1730, cuando un comisario hizo desenterrar a un reviniente y ordenó que con un clavo de gran tamaño le atravesasen las sienes y lo volvieran a enterrar en su tumba.

Cita Calmet el libro del Marqués d’Argens: las Cartas judías referentes a 1738 y alude a la carta 137 donde se menciona una epidemia de vampirismo ocurrida en Kisilova, aldea próxima a Belgrado, donde se solicitó la presencia de dos oficiales y un verdugo para erradicarla. Se abren las tumbas, y “cuando se llegó a la del anciano, lo encontraron con los ojos abiertos, de color bermeja, la respiración natural, aunque inmóvil como muerto; de lo que se concluyó que era un vampiro señalado. El verdugo le atravesó el corazón con una estaca, se hizo una hoguera, y redujeron el cadáver en cenizas.”

Por lo general, las historias de vampiros que cita Calmet deben atribuirse a una publicación o a algún personaje ilustre. Sin embargo las referencias históricas que permitieran una adecuada interpretación de las anécdotas pocas veces ocurren: o bien ha muerto el narrador o contador, o las referencias a los pueblos y personas que involucra la historia son imprecisos.

Esto no ocurre con Arnold Paul, heiduque de Medreïga en Hungría, quien fuera aplastado por un carro de heno cerca de 1729. Al mes de su muerte hubo cuatro fallecimientos súbitos, que debieron atribuirse al vampiro. En este caso fue sencillo identificar que el culpable era Arnold Paul, quien alguna vez había relatado que en una época de su vida había sido atormentado por un vampiro turco cerca de Cassova, en las lindes de la Servia turca.

Arnold Paul confió en la receta de que para curarse del hostigamiento de un vampiro debe comerse la tierra de su sepulcro y frotarse con su sangre. Y ahora él era un vampiro activo. Por ello la autoridad del lugar hizo que clavaran su corazón con una estaca, y se le oyó dar un espantoso grito. Luego, cortaron su cabeza y quemaron el cuerpo. Se hizo lo mismo con aquellos que Arnold Paul había atormentado.

Basten estas citas para subrayar la minuciosa colección de ejemplos que integran el trabajo de Calmet, donde se concentran ciertamente la mayor parte los comentarios y referencias de la primera mitad de su siglo respecto a las historias de vampiros.

Volver a la primera parte.

Fuente: http://www.revistainfotigre.com.ar

Tratado sobre los vampiros (por Dom Agustin Calmet) (1era Parte) - Artículos



Mucho se ha escrito acerca del Tratado sobre los vampiros del monje benedictino y exégeta francés Dom Agustín Calmet, de modo que no entraremos en opiniones subjetivas. Basta decir que la obra fue minuciosamente despedazada por Voltaire, quien acusó a Dom Calmet de candoroso, entre otras valoraciones menos simpáticas.

Dom Agustín Calmet escribió dos libros que analizan el tema de los vampiros, y que luego se fundieron en una sola obra monolítica: Disertaciones sobre las apariciones de ángeles, demonios, espíritus, resucitados, y vampiros de Hungría, Bohemia, Moravia, y Silesia (Dissertations sur les Apparitions des Anges, des Démons et des Esprits, et sur les revenants, et Vampires de Hongrie, de Boheme, de Moravie, et de Silésie).

El estudio fue publicado en 1746, y con el tiempo se transformó en una especie de Biblia de los vampiros, un compendio donde se reunía todo el saber -dudoso, por cierto- sobre los vampiros y sus andanzas en Europa oriental. Claro que los vampiros de Dom Calmet no siempre son los espectros necrófagos que uno esperaría encontrar. Por el contrario, muchas de las historias de vampiros vertidas en el tratado no pasan de meras anécdotas etílicas, como aquella en la cual un vampiro retorna al hogar, no para cebarse en la sangre de sus familiares, sino para exigir que se le siga colocando un plato en la mesa.

El Tratado sobre los vampiros -título que posteriores traducciones han considerado más oportuna- versa sobre estas cuestiones pueriles: apariciones mezquinas y vampiros de personalidad inocua. Veamos una de las descripciones de Dom Calmet sobre ellos:

(Los vampiros) "son hombres muertos desde hace un tiempo considerable, más o menos prolongado, que salen de sus tumbas e inquietan a los vivos, les chupan la sangre, se les aparecen, provocan golpes en sus puertas y en sus casas, y, en fin, a menudo les causan la muerte. Se les da el nombre de vampiros o de Upires, que significa en eslavo, según dicen, sanguijuela."

Hasta dónde sabemos, no existen versiones digitales completas del Tratado sobre los vampiros, al menos en español, de manera que les dejamos apenas un breve párrafo de la obra, y nos retiramos señalando el camino hacia cualquier buena biblioteca dedicada a estos confusos estudios.

Tratado sobre los vampiros, Dom Calmet.
-Fragmento-.

"...Quieres ser informado de todo lo que acontece en Hungría a propósito de algunos que resucitan y dan muerte a muchas gentes del país.

Puedo hablar de ello con fundamento, ya que he estado varios años en esas tierras y soy curioso por naturaleza. He escuchado muchas veces narrar historias infinitas, o hechas pasar por tales, sobre los espíritus y sus sortilegios, pero apenas he creído una sola. Sobre este punto conviene ser cauteloso, y siempre se corre peligro de resultar engañado. Hay, sin embargo, ciertos hechos que no se puede menos que creerlos. En fin, en cuanto a los resurrectos de Hungría el asunto es el siguiente:

Una persona enferma, pierde el apetito, adelgaza evidentemente, y al cabo de ocho, diez, a lo sumo quince días, muere sin fiebre, sin ningún otro síntoma fuera de la magrez y la extenuación.

Se dice comúnmente en esos países que ello proviene de un resucitado que le asalta y le chupa la sangre. La mayor parte de los atacados de este mal cree ver un espectro blanco que lo sigue por todas partes, como la sombra al cuerpo. Cuando estábamos acuartelados en el banato de Temeswar, entre los valacos, dos soldados de la compañía en la cual yo era corneta, murieron de este mal, y muchos también que estaban atacados habrían muerto, si un cabo de nuestra compañía no hubiera hecho cesar el mal con un remedio que suelen practicar los paisanos.

Es uno de los más singulares, y si bien es infalible, jamás lo he leído en ningún ritual. Escuche.

Se busca un joven que pueda creerse aún virgen: se le hace montar en pelo sobre un caballo que nunca haya sido apareado, y de pelo enteramente negro, y se le pasea por el cementerio pasando encima de todas las sepulturas; aquella sobre la que el animal se resista a pasar, no obstante forzárselo a ello con insistencia, se juzga que contiene un vampiro.

Se abre el sepulcro y allí se encuentra un cadáver tan carnoso y bello como si fuera un hombre en tranquilo, dulcísimo sueño; se rompe con una zapa el cuello del cadáver y brota en abundancia sangre viva y roja. Se juraría que el hombre que se degüella fuese de los más sanos y vivientes. Se cubre de nuevo la sepultura, con la seguridad que la enfermedad cesa, y cuantos estaban afectados de ella recuperan poco a poco las fuerzas, como personas extenuadas por una larga dolencia.

Así sucedió con nuestros soldados que estaban enfermos. Yo era en aquel tiempo comandante de la compañía, en ausencia de mi capitán y del lugarteniente, y me desagradó en extremo que sin mí el cabo hubiera hecho esa experiencia. Me contuve con esfuerzo para no obsequiarle con múltiples bastonazos, mercancía que se da a muy buen precio en las tropas del emperador. Hubiera pagado muchísimo por encontrarme presente en aquella operación, pero fue necesario tener paciencia."

Dom Calmet (1672-1757)

Ir a la segunda parte.

Fuente: elespejogotico.blogspot.com.ar

domingo, 20 de octubre de 2013

Vampiros (Historia, origen, folclore) - Artículos



Un vampiro es, según el folclore de varios países, una criatura maligna que se alimenta de sangre de seres vivos para mantenerse activo. En algunas culturas orientales y americanas aborígenes el vampiro es una deidad demoníaca o un dios menor que hace parte del Panteón siniestro en sus mitologías.

En la cultura europea y occidental, así como en nuestra cultura global contemporánea, el prototipo de vampiro más popular es el de origen eslavo, y es el de un ser humano convertido después de morir en un cadáver activo o reviniente depredador chupasangre.

Etimología

La palabra "vampiro", que comenzó a ser usada en Europa en el siglo XVIII, fue incluida por primera vez en diccionario de la Real Academia de la lengua española en la 9a edición de 1843, con origen en el término "vampire" que ya era usado en inglés y francés, proveniente a su vez del término vampir en lenguas eslavas y del alemán, que se deriva del polaco wampir y éste a su vez del eslavo arcaico oper, con raíces indoeuropeas paralelas en el turco y en el persa. Significa a la vez "ser volador", "beber o chupar" y "lobo", además de hacer referencia a cierto tipo de murciélagos hematófagos.

Orígenes del mito

Probablemente el vampiro presente en el folclore de muchas culturas desde tiempos inmemoriales, proviene inicialmente de la necesidad de personificar uno de los arquetipos primordiales en lo inconsciente colectivo, según la concepción de Carl Gustav Jung, como es el denominado "Sombra", que representa los instintos o impulsos humanos reprimidos más primitivos y así sería la encarnación del mal como entidad y una representación del lado salvaje del hombre o su atavismo bestial, latente en su sistema límbico y en conflicto permanente con las normas sociales y religiosas.

Pero el mito, como es conocido en nuestros días, realmente es una combinación compleja de varios temores y creencias humanas que además del citado temor a los bajos instintos, incluye la atribución a la sangre de ser fuente de poderío o vehículo del alma, el temor a la depredación, a la enfermedad o a la muerte y a su expresión más palpable como es el cadáver, así como a la fascinación temerosa por la inmortalidad y el instinto de supervivencia.

Algunos estudiosos sugieren que el mito del vampiro, sobre todo el que se popularizó en Europa después del siglo XVII, se debe en parte a la necesidad de explicar, en medio de una atmósfera de pánico colectivo, epidemias que asolaron Europa causadas por enfermedades reales, antes de que la ciencia lograra explicarlas racionalmente.

Características y atributos

La descripción de estas criaturas varía de autor en autor y de mitología en mitología. La mayoría de atributos de un vampiro que forman parte del folclore contemporáneo, que a veces incluso contradicen la naturaleza primordial del vampiro tradicional original, provienen de la literatura, sobre todo de la novela Drácula y las películas basadas en ella, así como de los comics y videojuegos. Por eso, de las siguientes características, solo algunas son las esenciales o comunes en el folclore general o como parte de las creencias de ciertas regiones, y otras inventadas por los novelistas y libretistas de cine o diseñadores de videojuegos.

1- Fueron humanos mortales, pero ahora están en un estado intermedio entre la vida y la muerte, de ahí que se les llame no-muertos, revinientes o redivivos. Esta naturaleza determina su aspecto básico:

      a- Entre los eslavos, griegos y pueblos de Europa del este, un cadáver desenterrado era considerado vampiro si su cuerpo parecía hinchado y le salía sangre (presuntamente de sus víctimas) de la boca o la nariz. También si notaban que sus uñas, pelo y dientes eran más largos que cuando había sido enterrado e incluso poseía un aspecto más saludable de lo esperado, mostrando piel sonrosada y pocos o ningún signo de descomposición.

      b- En Transilvania (Rumanía) se consideraba que los vampiros eran flacos, pálidos, y poseían unas largas uñas y largos y puntiagudos caninos (colmillos).

      c- En Bulgaria se les puede reconocer por poseer un solo agujero en la nariz.

      d- Según algunas culturas, tienen la posibilidad de transformarse en insectos, murciélago, rata, lobo o en niebla. La forma más mencionada en la cultura popular es la del murciélago.

2- Se alimentan primordialmente de la sangre de sus víctimas aunque hay descripciones de que también son antropófagos y en algunas culturas se consideraba que la sangre no era la base de su sustento, sino el "fluido vital" humano, o la energía psíquica. Actualmente algunos autores denominan vampiros psíquicos o emocionales a los perpetradores de acoso laboral o mobbing.

3- No se reflejan en los espejos ni tienen sombra, tal vez como una manifestación de la carencia de un alma. Este atributo no es universal, pues por ejemplo el vampiro griego vrykolakas/tympanios poseía tanto sombra como reflejo, pero es muy popular gracias a novelistas como Bram Stoker que lo menciona en su novela Drácula.

4- No toleran el ajo. En algunas tradiciones, también pueden ser alejados con rosas silvestres.

5- Los vampiros, por su naturaleza demoniaca, no soportan los símbolos cristianos y por ello pueden ser alejados usando una cruz cristiana o con agua bendita y no pueden cruzar por terrenos consagrados como los de una iglesia.

6- Son indestructibles por medios convencionales y son extremadamente fuertes y rápidos pero se debilitan junto a las corrientes de agua.

7- Aunque en general se supone los vampiros son vulnerables a la luz del sol, entre los eslavos se creía que no solo pueden resistir la misma, sino que en algunos casos podían viajar a otro pueblo y llevar allí una vida normal.

8- Algunas tradiciones sostienen que un vampiro no puede entrar en una casa si no es invitado por el dueño; pero que una vez es invitado puede entrar y salir a placer.

9- En algunas zonas de Europa del este, se cree que el vampiro es un ser lujurioso que vuelve al lecho conyugal a procrear con su esposa, criaturas con características especiales (que varían en cada región), que se conocen como dhampiros.

10- Tienen una afinidad natural con la magia , en especial con la magia negra y concretamente la necromancia, siendo capaces de dominarla con mayor facilidad que el hechicero no vampiro más diestro.

Origen de un vampiro

En el conjunto de creencias populares se pueden distinguir unas formas básicas, a veces complementarias entre sí, para que un ser humano se convierta en vampiro:

Por predisposición desde el nacimiento: En Rumanía tenia más posibilidades de ser un strigoi, el séptimo o duodécimo hijo cuyos hermanos mayores eran todos del mismo sexo. O tener unas marcas de nacimiento como el hueso sacro pronunciado, abundante vello corporal y haber nacido encapuchado, es decir con la cabeza envuelta en parte de la membrana placentaria, o haber ingerido parte de la misma. Entre los eslavos también tenían mayor probabilidad de convertirse en vampiros los nacidos en Sábado Santo.

Por muerte prematura o violenta: En la antigua Grecia en donde se denominaban vrykolakas o brucolacos a los así originados, al igual que entre búlgaros y eslavos, así como en ciertas culturas africanas y en Indonesia, se creía que los niños, adolescentes y en general las personas que habían tenido una muerte prematura o en circunstancias anormales, por suicidio o violencia, podían convertirse en fantasmas vagabundos o vampiros.

Por incumplimiento de rituales funerarios y religiosos: En Bulgaria y Rumanía también se creía que alguien se puede convertir en vampiro después de su muerte si los que se deben ocupar de preparar y vigilar debidamente el cadáver no cumplen bien su tarea y no impiden que un animal, especialmente un perro o gato, e incluso una persona pasen sobre el mismo. Esta creencia es similar a la de los hindúes que consideraban los espíritus o Pitrs que se encuentran a la espera de reencarnar pueden convertirse en vampiros si nadie les recuerda y realiza los rituales funerarios de rigor conocidos como shraadh y que son para facilitar su reencarnación.

Como maldición por acciones criminales o sacrílegas: En la antigua China también se creía que se convertían en vampiros ciertos criminales tradición similar a la existente entre los eslavos y los griegos quienes creían que los vampiros eran brujas o personas que se habían rebelado contra la Iglesia mientras estaban vivos, vendiendo su alma al diablo y que al morir sus cuerpos podían ser poseídos por demonios. A esta creencia ayudaron indudablemente los conceptos desarrollados por el cristianismo que, basados en la idea neoplatónica de la vida después de la muerte, fomentaron la idea de la corrupción del cuerpo y la supervivencia del alma hasta el día del Juicio Final, teniendo la posibilidad de acceder a este estado todos aquellos que murieran arrepentidos de sus pecados y que hubieran recibidos los últimos sacramentos.

Por las formas anteriores, en la Europa cristiana y especialmente entre los griegos y pueblos eslavos, todos aquellos que no fueran enterrados en tierra consagrada (en particular los suicidas y los excomulgados) y los que no hubieran recibido la extremaunción, tenían la mayor posibilidad de convertirse en espectros corpóreos vampiros o tympaniaios.

Por mordedura de un vampiro: Según casi todas las tradiciones, especialmente entre los eslavos, aquella persona que moría después de ser mordida por un vampiro se convertiría a su vez en uno. Los escritores ocultistas aducen que esta manera solo es posible si hay aceptación por parte de la víctima. Los autores de literatura de ficción le han dado a esta manera una connotación sexual muy intensa, muy atractiva para propósitos dramáticos.

Identificación del vampiro

Existen numerosos y variados rituales que se utilizaban para identificar a un vampiro. La comprobación mas socorrida consistía en la exhumación del cadáver sospechoso para verificar directamente si tenia las características tradicionales y destruirlo. Práctica que llegó a ocasionar numerosas profanaciones de tumbas.

Uno de los métodos descrito por el abate Calmet, citado por el padre Feijoo, para localizar la tumba de uno consistía en guiar a un muchacho virgen montado en un caballo también virgen a través de un cementerio; el caballo se negaría a avanzar sobre la tumba en cuestión. Generalmente se requería que el caballo fuera negro, aunque en Albania era necesario que fuera blanco. Que aparecieran agujeros en la tierra sobre la tumba era tomado como un signo de vampirismo.

Otra evidencia de la actividad de un vampiro en la localidad incluía la muerte del ganado, de familiares y conocidos. Algunos podían hacer evidente su presencia mediante pequeños actos similares a los de un poltergeist, tales como mover muebles de la casa.

Protección contra un vampiro

Prácticas preventivas

Existen muchos ritos tradicionales para evitar que un muerto se convirtiera en un vampiro.

- Entre los celtas el enterrar el cuerpo cabeza abajo era una de las más extendidas, como también colocar hoces o guadañas cerca de la tumba, para evitar que los demonios poseyeran el cuerpo o para apaciguar al muerto y que no se levantara de su ataúd. Con igual propósito se acostumbraba cortar los tendones de las rodillas.

- En la Grecia moderna se pone una cruz de cera y una pieza de cerámica con la inscripción "Jesucristo conquista" sobre el pecho del cadáver para evitar que se convierta en vampiro o vrykolakas.

- En Europa Oriental, era frecuente introducir un diente de ajo en la boca, y a veces en los nueve orificios corporales, de los muertos así como atravesarles el corazón con un objeto cortopunzante, antes de inhumarlos y en las regiones sajonas de Alemania, se colocaba un limón en la boca del sospechoso de ser un vampiro. Los gitanos clavaban agujas de hierro y acero en el corazón del cadáver y colocaban pequeños fragmentos de acero dentro de la boca, sobre los ojos, en las orejas y entre los dedos durante el entierro. También introducían espino en el calcetín del muerto, o le clavaban una estaca de espino en las piernas.

Talismanes, sustancias y objetos protectores

Variados objetos y sustancias, que varían de región en región, son mencionados en las leyendas sobre vampiros por su efecto apotropaico, es decir por tener la propiedad de alejarlos o destruirlos. En Europa se dice que una rama de rosa silvestre o de espino pueden dañar al vampiro, así como el ajo o el azufre y objetos sagrados como un crucifijo, un rosario o el agua bendita.

En algunas regiones de Sudamerica, cuando una mujer deja en la casa a su hijo dormido, pone sal y unas tijeras al lado del niño para ahuyentar a vampiros y brujas.

Otros métodos comunes en Europa incluían esparcir semillas de mostaza o arena sobre el tejado de la casa a proteger o en la tierra de una tumba sospechosa de contener a un vampiro para mantenerlo ocupado durante toda la noche contando los granos caídos. Historias chinas similares relatan que si un vampiro se encontraba con un saco de arroz, tendría que contar todos los granos uno a uno; es una temática que se puede encontrar en los relatos del subcontinente indio y en Sudamérica, sobre brujas y otros tipos de espíritus malignos o traviesos.

Aunque no se consideran como un objeto de protección, debido a que no se reflejan en ellos los espejos han sido utilizados para alejar a los vampiros cuando se situaban en una puerta, mirando hacia afuera.

Destrucción de un vampiro

En los Balcanes, existía el cazador de vampiros que podía ser un religioso o un dhampiro que según la tradición gitana es el hijo o descendiente de un vampiro con el poder de detectarlos, aunque fueran invisibles y destruirlos. Hasta principios del siglo XX, eran ofrecidos a los viajeros que iban a visitar Europa del este en particular, unos estuches o "kits" con las herramientas tradicionales para destruir vampiros y que ahora son propiedad de ciertos museos de curiosidades o de coleccionistas aficionados a lo esotérico.


Métodos:

Clavar una estaca en el corazón de los cadáveres sospechosos de ser vampiros es el método más citado, particularmente en las culturas eslavas del sur. El fresno era la madera preferida en Rusia y en los estados bálticos, el espino en Serbia, y el roble en la región de Silesia. La estaca solía clavarse apuntando a la boca en Rusia y en el norte de Alemania, o al estómago en el noreste de Serbia. Atravesar la piel del pecho era una manera de "desinflar" al vampiro hinchado; es similar al acto de enterrar objetos afilados, como hoces, junto al cadáver, de forma que penetrara en la piel si el cuerpo se hinchaba lo suficiente mientras el cuerpo se transformaba en un no-muerto.

La decapitación era el método preferido en las áreas germanas y eslavas del oeste, enterrando la cabeza junto a los pies, tras las nalgas o alejada del cuerpo. Este acto se veía como un modo de acelerar la marcha del alma, que, en algunas culturas, se creía que permanecía en el cuerpo.

La incineración completa del cadáver o del corazón y rociar agua hirviendo sobre la tumba eran medidas adicionales frecuentes. También, sobre todo en casos recalcitrantes, se desmembraba el cuerpo y se quemaban las partes, y las cenizas mezcladas con agua se suministraban a los familiares a modo de cura.

Repetir el funeral, rociando agua bendita sobre el cadáver, o con un exorcismo era una medida frecuente en los Balcanes.

Disparar una bala a través del ataúd, y colocar un ajo en el interior de la boca, eran precauciones que se tomaban en Rumania hasta una época tan reciente como el siglo XIX.

Dónde encontrar un vampiro real? - Historias de terror



¿Dónde puedo encontrar un vampiro real? -nos interroga una insistente muchacha de Salto, Uruguay.

La respuesta a este válido y abstruso interrogante excede nuestras posibilidades, de modo que -acompañado por Rodolfo Champetrie, Javier Sanorini y un primo de Monte Grande, cuyo nombre hemos olvidado- recurrimos al Dr. Lugano, especialista en cuestiones relativas al vampirismo barrial.

-¿Dónde encontrar un vampiro real? -repitió el buen doctor, sacando la nariz de un vaso de ginebra. -¡Pero qué preguntas son ésas, mi amigo! No es éste el lugar para entrar en misterios de orden geográfico. Sin embargo, le daré la mejor respuesta que permiten las circunstancias.

(Miradas absortas, expectantes. El primo de Monte Grande ahogó un quejido infantil, cuasi femenino, que nos sobresaltó poéticamente)

-...

-¿Y bien, doctor? ¿En dónde se puede encontrar un vampiro real?

-En Carapachay. Calle Antofagasta al 1200, segundo patio. Pregunten por Lela Estamburra.

-¿Y ella sabe dónde hay un vampiro real?

-¿Eh? Si, por supuesto.

Llegamos a la calle mencionada casi a la medianoche. Un perro lánguido nos observó desde un macetón. Sobre el portón metálico se veía la marca de una mano: tres dedos rasgando la pintura oscura. Aquello confirmaba la leyenda de precariedad dactilar de los vampiros.

Golpeamos.

Una señora obesa entornó la puerta, y desde adentro nos observó recelosamente.

-Nos han dicho que aquí pueden decirnos dónde encontrar un vampiro real. -dijo alguien, presumiblemente, yo.

-Entren -dijo ella, haciendo retumbar los senos contra el portón- ¿Ven aquella piecita? ¿La del fondo? Bien: entren y esperen. No enciendan la luz.

Estimulados por un rapto de violentísima curiosidad, entramos. Una vez dentro de la piecita, oímos una voz, una especie de ronquido descascarado, artificial, como la voz de un moribundo que elabora una frase fatal, determinante, ante un auditorio de selectos deudos.

-Los vampiros no existen. -dijo la voz- Existo yo.

Nos precipitamos hacia la puerta. Alguien se tropezó con una silla. Luego se oyó una risa demencial, vacía, carente de humor, que nos rasgó las espaldas con un frío sepulcral. Al salir al pasillo, dando empujones y puteando al aire, escuchamos otro sonido, más gutural, acaso como el chasquído lúbrico de un estómago de proporciones abominables, inabarcables. Pensé en un gusano descomunal arrastrándose por la ladera de una montaña.

Ya en la parada del 71 alguien elucubró el siguiente razonamiento:

-Los vampiros no existen, pero existe el tipo de la calle Antofagasta al 1200, segundo patio.

Archivamos mentalmente aquel dato siniestro. Nadie mencionó el frío cortante de aquella voz, ni la risa desmesurada, seguida por un chasquido líquido de succión. Tampoco dijimos nada sobre la ausencia de aquel ignoto primo de Monte Grande.


Aelfwine.


Fuente: elespejogotico.blogspot.com.ar

Begierig, el vampiro masticador - Artículos



El Begierig pertenece a una aborrecible raza de vampiros de Alemania, hijo de los antiquísimos mitos nórdicos sobre criaturas innombrables de la noche.

Begierig siginifica literalmente: "ávido masticador", lo cual ya debería decirnos algo acerca de su personalidad. Curiosamente, uno de los primeros reportes sobre esta raza de vampiros fue registrado por el ministro George Röhrer, cuya tarea consistía en informar al teólogo Martín Lutero sobre los fenómenos paranormales que asolaban ambas orillas del Rin.

Se dice que incluso Martín Lutero en persona tuvo un encuentro con el vampiro Begierig. Dueño de una fe inquebrantable, Lutero obligó al Begierig a revelarle todos sus secretos de ultratumba, entre ellos, los requisitos para que alguien pueda convertirse en vampiro y, desde luego, las armas espirituales para matar a esa estirpe portentosa.

El vampiro Begierig, anuncia la crónica, le confesó a Martín Lutero todos los secretos de su raza, fechoría que lo transformó inmediatamente en un exiliado entre los vampiros nórdicos.

Según el testimonio el Begierig no es un vampiro ordinario; es decir, un humano que se transforma luego de ser mordido por un vampiro. Al parecer, solo existen tres maneras de convertirse en un Begierig.

La primera, y acaso la más difícil, es nacer con una deficiencia en el coxis.
La segunda transformación se produce cuando una persona muere ahogada durante el solsticio de invierno; y la tercera, posiblemente la que más impactó a Martin Lutero, sugiere que toda persona que es enterrada con su nombre cosido en las ropas regresará invariablemente luego de tres noches bajo la forma de un ansioso hematófago.

Las leyendas alemanas denuncian que el Begierig es un vampiro reconocidamente cobarde, que rara vez abandona la seguridad de su tumba. Se lo acusa de realizar actos de vandalismo miserables, como atar las colas de las vacas y provocar pequeños desmanes en la hacienda.

Como se mencionó anteriormente el Begierig pasa gran parte del tiempo en su guarida, echado boca arriba, con el ojo izquierdo abierto, y masticando sus ropas o cualquier pedazo de tela que pueda sustraer de los sepulcros adyacentes. Cuando estos manjares escasean, el Begierig mastica sus propias extremidades, esta es una de las posibles razones por la cual no abandonan su territorio ya que al carecer de algunos miembros les resulta difícil desplazarse. Los sepultureros experimentados saben reconocer estos escondrijos, ya que al masticar el Begierig emite un sonido similar al gruñido de los cerdos.

A pesar de estos apetitos repugnantes, el vampiro Begierig posee algunos poderes formidables. Se dice que su fuerza psíquica es realmente poderosa, y que es capaz de drenar la energía de cualquier persona que camine sobre su tumba.

El primer paso para matar a este vampiro es obligar a sus parientes vivos a mantener una dieta en base a ajo. Esto, sostienen los especialistas, evita que el Begierig continúe psíquicamente vinculado con ellos.

Acto seguido el vampiro debe ser exhumado al amanecer. La luz del sol no lo mata, pero anestesia sus sentidos, volviéndolo lento y predecible. No es necesario atarlo ni golpearlo, ya que de todas formas sería inútil. La única forma de inmovilizar al Begierig es colocándole una piedra o una moneda en la boca, y así detener su pulsión incontenible por masticar. Finalmente se lo debe quemar y esparcir sus cenizas sobre terreno consagrado.

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Fuente: losotrosvampiros.blogspot.com.ar, elespejogotico.blogspot.com.ar

La gallina negra (La poule noire) (Libro prohibido) - Artículos



La gallina negra (La poule noire) -también conocido por su nombre en inglés: Black Pullet- es un libro prohibido escrito a finales del siglo XVIII por un oficial francés que sirvió en las guerras napoleónicas. Su nombre continúa siendo un misterio.

La gallina negra aborda tres variantes fundamentales del ocultismo: los anillos, los talismanes, y la invocación de vampiros.

El libro comienza imprevistamente como una pieza narrativa. Allí se relata la historia de un soldado francés durante la ocupación de Egipto. Su pelotón es emboscado y diezmado por una partida de beduinos. Nuestro protagonista se las arregla para escapar, y se convierte en el único sobreviviente de aquella escaramuza. Ya escondido en la región de Gizeh, el soldado entra en contacto con un anciano turco que lo lleva al interior de una cámara secreta bajo las pirámides; justo en el sitio en el que, años después, H.P. Lovecraft ubicaría la posición de una cámara oculta en el relato de terror: Bajo las pirámides (Under the Piramyds), compuesto originalmente para Harry Houdini.

En las entrañas de esa mole piramidal el soldado descubre los restos de la Gran Biblioteca de Ptolomeo.

Hasta aquí, La gallina negra es una pieza de ficción, interesante pero endeble. No obstante, el libro maldito pronto realiza un giro inesperado. Poco a poco abandona su naturaleza narrativa y se transforma en un grimorio que informa sobre los secretos para fabricar anillos mágicos y talismanes con propiedades sobrenaturales.

La gallina negra ofrece extrañas fórmulas para confeccionar anillos que vuelven invisible a su portador, algo seguramente alarmaría a J.R.R. Tolkien; talismanes que enamoran a la mujer más indiferente y otros que vuelven fértiles incluso a los muertos. Estas son las maravillas que propone el libro.

Pero La gallina negra esconde un secreto todavía mayor, y que lo relaciona directamente con los vampiros.

Desde ya, no se trata de una invocación común y corriente, ni su invocado es un prolijo vampiro victoriano. La gallina negra brinda un ritual de invocación para absorber un vampiro de los vórtices del plano astral y forzarlo a que nos obedezca.

Se debe trazar una serie de signos sobre pedazo de seda negra, y luego pegarlo sobre la superficie de una moneda de cobre, o bien sobre un objeto de cobre que reproduzca la forma de una moneda. La operación, anuncia La gallina negra, debe realizarse un sábado antes del amanecer. Una vez terminado debemos leer en voz alta los extraños símbolos que acabamos de imprimir:

NADES, SURADIS, MANINER.

Si creemos en los ritos mordaces de La gallina negra -algo de lo que adolecemos a causa de una naturaleza bucólica-, y la confección del talismán ha sido correcta, veremos que de un vapor espeso, lechoso, emergerá el representante de una raza de vampiros de las arenas inmemoriales: el Afrit; una criatura incorpórea pero diligente.

Una vez que el vampiro haya adquirido cierta consistencia deberemos interpelarlo de la siguiente forma:

SADER, PROSTAS, SOLASTER.

A partir de entonces -promete La gallina negra- el vampiro estará obligado a torcer el corazón y los deseos de cualquier persona que el oficiante le indique. Aquellos que duden sobre su entereza en presencia de un vampiro real, el libro también nos ofrece una fórmula para deshacer el rito. En casos de arrepentimientos culposos, se debe decir:

MAMMES, LAHER.

Hay quienes han ido todavía más lejos, como Jack Methodier, el primer editor pirata de La gallina negra, quien realizó todos los pasos anteriormente descritos y luego narró su experiencia en el prólogo de la segunda edición.

Methodier sostiene haber visto la aparición de un vampiro horripilante, una entidad negra de facciones deformadas, yuxtapuestas, envuelto por sus propias alas tenebrosas. El vampiro no sólo se sometió a los deseos lascivos de Methodier, proporcionándole el favor de mujeres hermosas, sino que profetizó el día y la hora de su muerte; fecha que se cumplió rigurosamente el 15 de mayo de 1812, día en el que Methodier se suicidó bebiendo una dosis letal de láudano.

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Fuente: elespejogotico.blogspot.com.ar/

lunes, 14 de octubre de 2013

El tren de la bruja (Cortometraje) (2010) - Videos de terror



"El Tren de la Bruja" cuenta la historia de un hombre que se somete a un extraño experimento científico por dinero. La peculiaridad de tal experimento no sera revelada hasta el sorprendente desenlace. Koldo Serra logra de una manera magistral recrear una atmosfera terrorifica utilizando tan solo la oscuridad y los efectos de sonido y demuestra una gran pericia narrativa en el desarrollo de la historia y su inesperada conclusión. El corto recibió varios premios, entre ellos, el de mejor cortometraje del festival de Sitges 2003 y el de mejor corto Europeo en el festival de cine fantástico de Amsterdam.



Mejor calidad en el siguiente link:
http://www.escalofrio.com/n/Audio/El_tren_de_la_bruja/El_tren_de_la_bruja.php

Luna di Miele - Luna di Sangue (Mini Corto) por Paco Plaza - Videos



Vídeo para promocionar el concurso de cortos de terror que Port Aventura ha organizado para Halloween del año 2010. Fue dirigido por Paco Plaza, el reconocido director de REC y según el mismo no pudo participar por formar parte del jurado y excederse en la duración (una de las normas para ser incluido en el concurso era que el corto dure 1 minuto).

Pese a ello Paco Plaza ofrece una divertida reflexión, en boca de Leticia Dolera, sobre el proceso de creación cinematográfica, los clichés, el ritmo y los giros drásticos en el hilo argumental o en las circunstancias en las que se viene desarrollando un film.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Broma en un bar de Nueva York (promoción de "Carrie") - Noticias



¿Y si la telequinesis fuera real? ¿Cómo reaccionarías?". Esas son las preguntas que se hicieron los realizadores de una densa broma que está haciendo furor en la web. Es que, tomando como premisa lo que ocurre en la película Carrie, sus productores decidieron promocionarla con un macabro chiste que le hicieron a los clientes de un bar en Nueva York.

El video, que ya tiene casi 22 millones de visitas en YouTube, muestra a una joven que se enoja con un cliente por derramar líquido sobre su ropa y notebook sin querer. La chica comienza a gritar y todo se desmadra: algunas personas terminan contra la pared, al igual que mesas, sillas y libros, todo parte de un efecto especial para atemorizar a los ocasionales consumidores del lugar. Una broma muy ingeniosa que sin duda llamó la atención del público.

 
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