miércoles, 26 de junio de 2013

John Wayne Gacy (El payaso asesino "Pogo") - Artículos


No es la primera vez que frente al descubrimiento de un asesino en serie salen declaraciones de muchos de sus vecinos insistiendo en la idea de que “parecía una persona normal, incluso agradable”. Y es que existen muchos perfiles distintos de asesinos, y no siempre son personas reservadas e insociables. Un buen ejemplo de esto podría ser el caso de John Wayne Gacy, o como se le conoció posteriormente “el payaso asesino".

Éste sería un ejemplo perfecto de como una persona que intentaba constantemente ganarse el aprecio y reconocimiento social, terminó arrojando su máscara de “buen hombre” y dio paso, ante el asombro de todos, a un personaje totalmente desalmado con un gran número de atroces crímenes a sus espaldas.

Al parecer, John Wayne no disfrutó de una infancia feliz. Es cierto que estaba muy unido a sus hermanas y madre, pero su padre alcohólico lo agredía constantemente ridiculizándolo asiduamente. Al contrario de lo que se pueda esperar, John no guardaba ningún tipo de rencor a su padre, es más, lo amaba por encima de todas las cosas e intentaba por cualquier medio ganarse su afecto y reconocimiento. Para frustración de Gacy, esto no llegó a ocurrir nunca.

Su vida estuvo constantemente marcada por rumores de homosexualidad, algo que lejos de admitir escondía. Rumores que tras su primer matrimonio se transformaron en acusaciones de abusos sexuales y que finalmente lo condujeron a la cárcel con una condena de 10 años. No obstante, tras pasar poco más de un año entre rejas fue puesto en libertad por buen comportamiento. Al parecer todo el mundo pensaba que John era un claro ejemplo de recuperación y estaban convencidos que lograría reinsertarse a la perfección en la sociedad. Lo que ignoraban es que su comportamiento iría a peor y daría lugar a uno de los asesinos en serie más famosos de Chicago.

Tras su salida de la cárcel volvió a su casa materna, y con la ayuda de esta y sus hermanas comenzó una nueva vida adquiriendo una pequeña casa en las afueras de la ciudad. Empezó a trabajar nuevamente (era un vendedor excelente) y a realizar todo tipo de actividades sociales. Los fines de semana acudía vestido de payaso a diversos hospitales para entretener a los niños enfermos, realizaba obras benéficas y fiestas para todos sus vecinos. En resumen, Gacy llegó a ganarse el corazón de todo su barrio como un buen samaritano preocupado por los demás.

Tras otro matrimonio fallido comenzaron nuevamente los rumores de homosexualidad y agresiones a jóvenes del barrio, algo que sin duda alguna nadie creía. Pero al parecer algo hizo saltar la alarma sobre el payaso Pogo (que era como se hacía llamar).

Un gran número de desapariciones constantes alerta a la policía de que algo está pasando. Posteriormente la madre de Robert Piest de 15 años de edad (uno de los desaparecido) asegura que la última entrevista que mantuvo su hijo antes de desaparecer era con un tal Gacy que quería ofrecerle trabajo. Fue en ese momento cuando comenzaron las sospechas. La policía encontró objetos relacionados con esta y otras desapariciones gracias a un allanamiento y finalmente John confesó haber violado y matado a 33 jóvenes en menos de 6 años. Luego declaró haber asesinado por primera vez en enero de 1972, cuando al clavar el cuchillo en un joven y ver como la sangre brotaba del cuerpo, sintió una sensación de excitación que le agradó. Asimismo también dio detalles del lugar en el que había enterrado parte de sus cuerpos (la mayoría en su sótano y jardín).

Durante el juicio el abogado de Gacy intentó por todos los medios alegar que su cliente tenía problemas mentales, algo que no pareció cuadrar tras los informes médicos. Así que finalmente fue acusado y condenado a pena de muerte. Sus últimas palabras fueron “Besadme el culo, jamás encontrareis el resto de los cuerpos”.

Algunos señalan la pobre relación con su padre alcohólico, un trauma en la cabeza y unos subsecuentes desmayos en su adolescencia como la base de sus actos. También se especula que la matanza de hombres y niños era la expresión subconsciente del odio a sí mismo por su propia homosexualidad. A menudo declaró que se desinhibía en el momento del sexo. De todos modos, sus víctimas fueron mayoritariamente hombres heterosexuales y el atributo común entre ellos era la juventud y la belleza.

Después de su ejecución, el cerebro de Gacy fue extraído. Actualmente es propiedad de la Dra. Helen Morrison, quien entrevistó a John y a otros asesinos seriales en un intento por aislar los rasgos comunes en su personalidad. Los abogados de Gacy contrataron a un psiquiatra forense para que examinara el cerebro de Gacy después de morir. Los resultados revelaron que no había anormalidades. El especialista afirmó que John no encajaba en ningún perfil psicológico propio de los asesinos en serie y que probablemente la razón de su actuación no se sabrá jamás. Durante el juicio, la Dra. Morrison apareció como testigo psiquiátrico y declaró que Gacy tenía "la estructura emocional de un infante".

Fuentes: Wikipedia, sobreleyendas.com

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