miércoles, 26 de agosto de 2015

Dos casos curiosos y rebuscados de vampirismo



Existen muchas formas de convertirse en vampiro. De hecho, quizás demasiadas.

Si nos guiásemos por las leyendas urbanas existen tantas formas de transformarse en vampiro que lo realmente asombroso sería encontrarse con alguien que no fuese un vampiro.

Dentro de las conversiones más formidables está el caso de una mujer húngara del siglo XIII.

Su marido, acaso por despecho, la denunció ante las autoridades seculares y eclesiásticas afirmando que había concebido durante el Viernes Santo, fecha escandalosa para el comercio amoroso, aunque sea dentro del marco lícito del matrimonio, y luego de haber destetado al bebé prematuramente.

Estos delitos más bien austeros tenían como propósito denunciar no solo a esta mujer transgresora, sino también la posibilidad de que el fruto de su pecado fuese un vampiro, ya que ambas cosas; el amor en una fecha prohibida y el destete prematuro de un infante, se incluyen en una larga lista de causas por las que alguien puede convertirse en vampiro.

Otro caso extraño de transformación involucra a una mujer de Rumania, que, según una crónica del siglo XII, no había consumido suficiente sal durante el embarazo, gestando de este modo a un vampiro particularmente desagradable.

Recordemos que la sal era considerada un arma notablemente eficaz contra el demonio, y, en consecuencia, contra cualquiera de sus esbirros terrenales, entre ellos, los vampiros.

Concepciones cronológicamente inoportunas, destetes prematuros, ausencia de sal en la dieta gestacional... las formas de convertirse en vampiro son, como decíamos... demasiadas.

Autor del artículo: Aelfwine para elespejogotico.blogspot.com.ar

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