miércoles, 27 de enero de 2016

Los Doppelganger - Artículos



Conocidos también como duplicados paranormales o gemelos malvados, los doppelganger son considerados proyecciones espirituales de una persona.

La palabra alemana Doppelganger proviene de los vocablos “doppel” (que significa «doble»), y “ganger” (“andante»), y se refieren a los dobles fantasmagóricos de una persona viva. Y, por cierto, constituyen uno de los fenómenos paranormales más extraños y menos conocidos.

Los doppelganger, conocidos también como gemelos malvados, son considerados como duplicados paranormales de algunas personas, que pueden manifestarse junto al sujeto original o lejos de él. Con el tiempo, el término se fue ampliando para referirse sólo a personas muy parecidas físicamente, aunque existen ciertas leyendas urbanas que aseguran que toda persona tiene un doppelganger en algún lugar del mundo.

Por lo general, los doppelganger son considerados como señal de mal augurio o de muerte inminente. La mitología nórdica y germana, de hecho, asegura que ver el propio Doppelganger es un augurio de muerte (Según escribió una vez el dramaturgo sueco Strindberg: “El que ve a su doble es que va a morir”). Un Doppelganger visto por amigos o parientes de una persona, en cambio, puede ser sinónimo de mala suerte, mal augurio o indicación de una enfermedad grave o un problema de salud inminente.

Mientras algunos autores postulan que los doppelganger sólo pueden ser vistos por la misma persona que los origina, otros aseguran que pueden ser vistos por cualquier persona que conozca al doble original, creándose de ese modo un confuso escenario de mezcla de identidades.

Los casos más conocidos

No son pocos los casos documentados de doppelganger a través de la historia. Quizás el más conocido sea el del presidente norteamericano Abraham Lincoln, quien relató que en noviembre de 1860, en la noche de su primera elección como presidente de los Estados Unidos, mientras se disponía a descansar en un sofá, miró al espejo de la sala y, aparte de su reflejo, vio un segundo rostro de sí mismo, pálido y fantasmal. “Me vi reflejado casi en toda mi longitud, pero mi cara tenía dos imágenes separadas y distintas. La punta de la nariz de una de ellas estaba cerca de tres pulgadas de la punta de la otra. Yo estaba un poco molesto, quizás sorprendido, y me levanté y miré en el espejo, pero la ilusión se desvaneció. Cuando me acosté de nuevo vi la segunda cara por segunda vez, más clara, si cabe, que antes; y luego me di cuenta de que una de las caras era un poco más pálida – digamos cinco tonos – que la otra. Me levanté y la cosa se desvaneció de nuevo”. Según Carl Sandburg, biógrafo de Lincoln, “éste creía que esta extraña visión fue una señal de que sería elegido para un segundo mandato, y la palidez de la muerte de una de las caras significaba que no iba a vivir a través de su segundo mandato, cosa que efectivamente ocurrió con su trágico asesinato en 1865, mientras veía una obra de teatro”.

La emperatriz rusa Catalina La Grande también vivió una escalofriante experiencia con una doppelganger de sí misma. En 1796 la reina se encontraba descansando en sus aposentos cuando sus estupefactos guardias la llamaron con urgencia, y le dijeron que la habían visto entrar a la sala del trono. Cuando la monarca entró a la sala real se vio a sí misma sentada en el trono. Catalina, pensando que se trataba de una impostora, les ordenó a los soldados que le dispararan, pero la visión desapareció de inmediato a ojos de todos los presentes. Días más tarde Catalina fallecería de un ataque de apoplejía mientras tomaba un baño.

La reina Isabel I de Inglaterra también vivió una experiencia parecida. En una noche de 1603 se vio a sí misma acostada en su cama, en una postura espectral, suceso que sería el preámbulo de su muerte a los pocos días después.

En junio de 1893 el almirante inglés George Tryon viviría su día más fatídico. Al mando de dos columnas de barcos que navegaban en la costa de Siria, dio una orden equivocada que significó que los barcos comenzaran a chocar unos contra otros. 357 hombres perecieron ahogados. Las últimas palabras de Tryon, antes de hundirse con su barco, fueron: “Es totalmente mi culpa.” Sin embargo, en el mismo minuto de este incidente y a miles de kilómetros de distancia, el mismo almirante Tryon fue visto en la casa de su esposa en Inglaterra, que en ese momento daba una lujosa fiesta para sus amigos en su casa de Londres. Varios invitados juran que vieron al doppelganger de Tryon vestido con traje de gala caminando por una escalera, antes de entrar a una sala y desaparecer.

En el siglo XVI, el poeta inglés John Donne, mientras estaba en París, recibió la intempestiva visita de su esposa, que apareció con un bebé recién nacido en sus brazos, antes de desaparecer misteriosamente en el umbral de su casa. El problema es que la esposa real de Donne no se encontraba en la Ciudad Luz, sino que en Inglaterra, donde acababa de dar a luz a un bebé muerto.

El famoso literato alemán Johan Wolfgang Von Goethe, autor de “Fausto”, un día se encontraba muy deprimido a causa de un problema amoroso, por lo que decidió salir a caminar al campo. Sin embargo, a poco de caminar vio a un jinete dirigirse a él. Cuando lo tuvo al frente, el poeta no podía dar crédito a sus ojos. Era él mismo, pero vestido con otras ropas. 8 años mas tarde, el mismo Goethe salió un día a dar un paseo a caballo por el mismo camino que había recorrido esa vez y, recordando ese incidente, se dio cuenta que llevaba puestas las mismas ropas que vestía su doppelganger años atrás.

El caso de la profesora francesa Emile Sageé también fue sorprendente. En 1845 se encontraba haciendo clases en una escuela cuando su doppelganger apareció a su lado, repitiendo todos sus movimientos, ante 13 asustados y pequeños testigos. En otra oportunidad, sus alumnos la vieron sentada en la sala de clases, mientras por la ventana apareció su doble caminando por el patio. Las pocas personas que se atrevieron a acercarse al doppelganger descubrieron que podían pasar a través de ella, aunque aseguraron que tenía una textura que les recordó una tela gruesa. El director del establecimiento, ante el espanto de los padres de los alumnos por estos insólitos hechos, despidió a la maestra inmediatamente. Emile Sageé posteriormente confesó que no era la primera vez que perdía su trabajo por culpa de tan extraño motivo. De hecho, por eso había trabajado en 19 colegios en un lapso de 16 años.

El escritor francés Guy de Maupassant, finalmente, relató que al final de su vida, su doble entró a su habitación y comenzó a dictarle un cuento que trataba, precisamente, de un espíritu maligno que se iba a apoderando de su protagonista . Después de escribir el cuento dictado por el doppelganger, Maupassant comenzó a experimentar severos problemas de salud física y mental, que incluso le valieron ser recluido en un hospital siquiátrico, lugar donde moriría un año después.


FUENTE: www.guioteca.com (por Héctor Fuentes)


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