martes, 12 de mayo de 2015

Los tulpas o servidores - Artículos





Crear cosas con la mente: Tulpas y Servidores

La idea según la cual el espíritu es superior a la materia y distinto de ella aparece en numerosas civilizaciones. Los religiosos tibetanos creen en la existencia de un principio espiritual capaz de crear formas mentales visibles para todos llamadas Tulpas.


Hasta muy avanzado el siglo XX, el Tibet y en particular su capital Lhasa o Lhassa, permanecieron prohibidos para los extranjeros. Por eso mismo, son escasos los viajeros que lograron entrar y beneficiarse con las enseñanzas de los religiosos tibetanos, los Lamas. Alexandra David-Neel estuvo entre estos privilegiados y fue testigo de extraños fenómenos.

El Universo: una creación mental?

Después de una larga estancia en los contrafuertes de los Himalayas, en junio de 1912 esta súbdita francesa de 44 años alcanza las "Tierras Altas" o Tibet propiamente dicho. Anota sus recuerdos de este viaje y de los siguientes en numerosos escritos como su Viaje de una Parisina a Lhasa, publicado en 1927. Numerosos pasajes del libro están consagrados a un fenómeno extraordinario que los tibetanos conocen y bautizan con el nombre de Tulpa. La Tulpa es, para los tibetanos, la proyección material de una forma concebida por el espíritu. En otras palabras, es un fantasma, si así se quiere calificar, creado por un monje o un iniciado al término de una larga meditación. Puede tomar la forma, indistintamente, de un animal, de un paisaje, de un objeto o de un ser humano. No es una simple visión, sino un fenómeno dotado de consistencia física, capaz de emitir olores y sonidos entre otras cosas.

Según escribe Alexandra David-Neel en su obra Místicos y Magos del Tibet (1929): "el olor de una rosa fantasmal llegará muy lejos; una casa fantasma será capaz de recibir viajeros de carne y hueso,..." Los lamas tibetanos explican la creación de las Tulpas de la siguiente manera. Según su concepción del Mundo, el Universo que nos rodea es una simple visión mental y, por tanto, no hay ningún fenómeno que no exista si no es concebido por el espíritu humano, lo que nos lleva curiosamente al pensamiento de Descartes: "pienso, luego existo." El objetivo de la iniciación religiosa es, entonces, aumentar la capacidad de concepción del espíritu humano, su aptitud de hacer pasar desde el orden potencial, del vacío físico, al orden de lo tangible, o fenomenológico, el mayor número de realidades posibles.

Aumentar el potencial de producción mental es, por lo tanto, el núcleo de la enseñanza religiosa tibetana. Los ejercicios que constituyen la formación de un joven monje tibetano se basan en el dominio de la respiración -que le permite alcanzar la serenidad del espíritu-, y una práctica intensa de la meditación. Ésta se apoya en el kylkhor, diagrama diseñado sobre una tela, escrito sobre un papel o grabado en una piedra. Algunos kylkhor, más elaborados que otros, representan verdaderos mundos en miniatura. En el centro se encuentra un personaje, a menudo divinidad tutelar, llamado yidam. A medida que va progresando, el joven monje logra dar vida a su kylkhor, o sea, hacer que las escenas allí dibujadas y sobre las cuales aplica su meditación, se vuelvan realidad y evolucionen, adquieran movimiento y vida propia. El alumno logra, al finalizar la iniciación, comprender que todo fenómeno en este mundo no es más que un espejismo que surge de la imaginación. De este modo logra dominar sus temores y sus sensaciones. Se considera que un lama que alcanza este estado puede, de esta manera, resistir al frío hasta el punto de sobrevivir una noche desnudo en la nieve, ya que el sentimiento de calor o de frío desaparece, en efecto, como lo que es: una ilusión del espíritu que él combate con otra ilusión, estimulando con su voluntad el calor interno de su cuerpo. El espíritu, por tanto, nada tiene que temer a la materia, ya que la controla completamente y puede burlarse de ella, actuando en consecuencia. La proyección de tulpas está inserta en esta lógica.

Creación de Tulpas

Las sesiones durante las cuales nacen las tulpas no tienen punto de comparación con las del espiritismo occidental, ya que pueden realizarse a pleno sol y no tienen ninguna necesidad de la presencia de un médium en trance. Alexandra David-Neel cuenta que fue testigo de la creación de estas formas mentales. En una de esas ocasiones, vio aparecer el doble exacto del hombre que realizaba el experimento y pudo incluso tocarlo. La forma que se originó tenía, sin embargo, poca consistencia y se desvaneció poco a poco. En otra ocasión, vio aparecer el doble de un lama que ella conocía y que se encontraba entonces a unos kilómetros de ahí. Ella misma se preocupó en verificar la posibilidad de lograr este tipo de creación. Después de algunos meses de intensa concentración, logró hacer aparecer un orondo monje tibetano que, según su relato, también fue visto por testigos presenciales; pero su espíritu poco experimentado, le hizo perder el control de su creación, por lo que su aspecto se fue modificando hasta llegar a ser en extremo inquietante. Con gran esfuerzo, Alexandra logró desmaterializar su creación y hacerla desaparecer para siempre. Pero, según dicen los monjes tibetanos, a veces sucede que la aparición sigue existiendo por sí misma y lleva una vida independiente de su creador...

Alucinación o Realidad?

Lo primero que viene a la mente de los occidentales es que la forma física llamada Tulpa, es el producto de una simple alucinación. Pero habría que creer que esta alucinación es colectiva, puesto que, en muchos casos, la tulpa es vista no tan solo por quien la origina sino también por los que lo rodean. En el mismo mundo tibetano se interpreta la tulpa de distinta manera. Para algunos lamas es una forma física cuya existencia es incontestable, lo que significa que el espíritu es capaz de suscitar cualquier forma física que se proponga. Para otros, sin embargo, el pensamiento de quien lo ha creado se impone sobre los otros y logra hacerles ver lo que él mismo percibe, en cuyo caso la creación de una tulpa es más bien el efecto de una poderosa sugestión.

Servidores

No hay nada que traiga más satisfacción al iniciado que el poder observar los resultados de algún ritual mágico tomando lugar en la realidad local personal. Si ya has tenido la oportunidad de experimentar con sigilos mágicos como herramientas para cambiar tu realidad, entonces a lo mejor ya es hora de que aprendas el arte de la evocación. A diferencia de la invocación, lo cual es la habilidad de ser poseído por un arquetipo, la evocación trata de manipular la realidad por medio del control de entidades extracorporales (recalcando el término „extracorporales‟, pues lo menos que uno quisiera desear es sentir la posesión de una de estas entidades). Las evocaciones de entidades se pueden dividir en tres distintos grupos: las evocaciones que ocurren espontáneamente, en donde el iniciado realiza la presencia de una entidad independiente; las evocaciones clásicas de entidades establecidas, cuya información pueden ser encontradas en grimorios y otros libros con referencias a prácticas sobre estas entidades (por ejemplo, La Goetia y el Lemegeton); y las evocaciones de entidades creadas por uno mismo, mejor conocidas en la literatura del ocultismo como servidores. Aunque los tres distintos tipos de evocaciones son muy interesantes, este artículo se concentrará sólo en la fabricación del servidor personal.

Creación de entes servidores ( elementales o tulpas  )Un servidor no es nada más que una extensión del psyche personal de uno. Es una creación mental la cual tiene un propósito de existencia. A diferencia de los sigilos, los cuales son sencillos y monofacéticos, el servidor tiene una inteligencia limitada, la cual le proporciona una cantidad de albedrío propio para poder tomar decisiones. Es como un sigilo sostenido indefinidamente, el cual puede ser reactivado una y otra vez, y cuyas características le proporcionan bastante flexibilidad dentro del dominio mágico. Es una herramienta básica a la disposición del mago en su búsqueda por el entendimiento de esta realidad ilusoria nuestra. 


Para fabricar un servidor se necesitan tres ingredientes básicos: propósito, creatividad, y poder de visualización. Sin propósito no se puede crear un servidor, pues es el propósito en sí lo que le proporciona a esta entidad su razón de existencia. Si no tienes un propósito no pierdas el tiempo en crear un servidor.

La creatividad artística es lo que le va a dar vida a esta creación mágica. Por medio de la creatividad el iniciado puede definir todas las características que determinarán cada detalle de la existencia de esta entidad. ¿Tendrá rasgos humanos o de animal, o será un híbrido? ¿Será un ángel o un demonio? ¿Tendrá alas o múltiples ojos? ¿Estará repleto de odio, de compasión, de amor, o de objetiva indiferencia? ¿Trabajará a todas horas del día, o sólo la séptima hora del séptimo día de la séptima luna llena del año? Tu imaginación impone el límite.

El poder de visualización es la materia etérica en donde la entidad va a encontrar forma. Podrá ser la arcilla de alfarero, el papel o en el lienzo conceptual de la mente en donde la entidad tomará vida, ya sea como Adán en el barro del Edén, o como el monstruo del Dr. Frankestein en el cadáver inerte sobre la mesa del laboratorio. El poder de visualización le dará forma a tu creación en un lugar dentro de tu mente en donde la imaginación es tan real como la realidad misma que en este instante te rodea.

Creación de Elementales Artificiales

A continuación expongo el post tal cual fue creado en Ekiria (foro especializado en mágia):

HECHIZO (OPERACIÓN MÁGICA): Creación de un sirviente elemental.
TIPO DE PRACTICANTE-OPERADOR: Alquimista/Mago
TIPO DE ELEMENTAL ARTIFICIAL: Forma de pensamiento animada artificialmente.
ESFERA DE INFLUENCIA: Plano Mental (con poder para influir efectivamente también sobre los planos de vibración más baja--astral y físico) 

PROPÓSITO: Crear un sirviente elemental para desarrollar una tarea en específico durante el tiempo que el Mago le asigne.
HIPÓTESIS: Partiendo de la materia etérica, y moldeándola vía la materia mental, una forma de pensamiento es creada y dotada de animación semiautónoma/autónoma.
OBJETIVO: Esta forma de vida elemental realizará una tarea determinada durante un lapso de tiempo x, impuesto por el practicante.
ENFOQUE: Deductivo. Partiendo de la vibración superior para influir--implícitamente, hasta cierto punto--sobre las inferiores.
APROXIMACIÓN AL MÉTODO: Materializar el Espíritu (coagula)
MÉTODO: Intención, Atención, Concentración, Emanación, Especulación, Proyección.

PROCEDIMIENTO:
1.-Intención: El practicante deberá enfocarse y reunir la totalidad de sus energías en sí mismo, mientras piensa en el propósito que tendrá su práctica y fija en su mente el objetivo, los pasos del método y el resultado que tendrá la operación una vez que ésta esté terminada.

2.-Atención. El practicante deberá dirigir la totalidad de su conciencia, partiendo de sí mismo, hacia el entorno que le rodea, hasta que la sinergia entre su propia individualidad y la totalidad de la realidad objetiva sea casi perfecta. Esto se logrará cuando el practicante pueda sentir con seguridad y convicción que lo que le rodea es una extensión de su propia individualidad. Esto, más que como un estado mental, debe darse como resultado de una expansión auténtica de la conciencia.

3.-Concentración. Una vez logrado lo anterior, el practicante imaginará un océano infinito de luz (Éter universal) que le rodea en todas direcciones e incluso lo envuelve a él en totalidad. Posteriormente, procede a concentrar una parte de esta luz frente a él hasta formar una bola luminosa que aparezca como un sol radiante en miniatura.

4.-Emanación. Sin retirar de su conciencia la imagen de la bola de luz, en este punto el practicante concentrará la energía esencial de determinado elemento que desee (sea éste fuego, aire, agua o tierra) y luego la dirigirá a la bola, con el objetivo de calificar la energía de ésta con el elemento seleccionado, hasta que la esencia elemental permee del todo la bola de luz. Para concentrar la esencia elemental, el practicante debe evocar las características del elemento partiendo de sí mismo (por ejemplo: si es la esencia del fuego la que desea evocar, puede hacerlo imaginando un mar inmenso de lava o de llamas a su alrededor; sentir el calor, percibir la fuerza de voluntad que el elemento le concede, etc.) y luego, mediante la imaginación, vislumbrar cómo, con un sutil arrebato de la voluntad, esta esencia en forma de energía, que adopta una forma de luz fluídica (en el caso del fuego, sería de color rojo brillante e incandescente) es dirigida hacia la bola de luz pura, hasta que esta luz primigenia se una completamente a la nueva energía radiante, adquiriendo sus matices y características esenciales.

5.-Especulación. Cuando el sol en miniatura haya alcanzado entre 12 y 20 pulgadas de tamaño, se procede a impregnarlo con las cualidades que el practicante desea darle al elemental. Si el practicante siguió el paso anterior, es obvio que las cualidades que están asociadas con el elemento en cuestión son las únicas de las cuales se le puede dotar al elemental. Pero si el practicante sólo dejó la "bola de luz" como una concentración de Éter, entonces puede proceder para dotar al elemental de las características que desee que posea, y que sean acordes con el objetivo que el mago persigue. Por ejemplo, si el elemental es creado con el objetivo de proteger a alguien o a su mismo creador, se le dotará de las cualidades de valor, protección, defensa, estrategia, etc. Así, según el fin que se persigue con su creación, el mago dotará a la criatura de las competencias necesarias para completar ese fin. Y esto se logra evocando las cualidades de la misma forma en que el practicante lo hizo en el paso anterior, sólo que esta vez las cualidades las extraerá directamente de sí mismo, y hará que el elemental las asimile con el simple hecho de querer que así sea y enfocar su voluntad de que así sea, con la firme convicción de que lo que piensa, será.

Ahora, si el practicante lo desea así, aquí puede proceder a darle forma al elemental. Si a éste se le asoció con un elemento en específico, la forma que deberá asumir deberá ser una que sea acorde con el elemento en cuestión. Por ejemplo: un elemental de fuego podría verse como una salamadra elemental natural o como un dragón rojo dorado en miniatura. Así, lo único que hay que hacer aquí es moldear la bola de luz hasta que adopte la forma que el practicante desee darle. Pero, para mayor seguridad, se procede así (evitando el hacer tanto esfuerzo en sostener la imagen de la bola por tanto tiempo): El practicante deberá haber imaginado y construído con todo detalle la forma mental en su interior, como un cuadro mental completo. Una vez hecho esto, sí puede proceder a proyectar ese cuadro mental para que influya sobre la bola de luz, y que ésta adquiera la forma deseada. Así no habrá errores, y el esfuerzo será mucho menor, así como el gasto energético.

6.-Proyección. Tan pronto como el elemental esté del todo formado y cuente con todas las características deseadas, se le da un nombre que sea acorde con todo aquello que representa en esencia, o que esté de acuerdo y sea afín a las energías de las que es portador. Y por último, se fija el lapso de tiempo en que el elemental estará en actividad. Por ejemplo, dirigiéndose a un elemental creado con el fin de proteger a alguien durante la proyección astral, se le dirá: "Shadowalker. Trabajarás en la esfera astral, protegiendo a la persona N de todo peligro, hasta que el/la haya logrado la facultad de viajar astralmente sin ningún problema, y esta facultad sea tan natural como un hábito."

Entonces, habiendo fijado el tiempo de "muerte" del elemental en el mismo momento de creación, se siguen las leyes cósmicas, y esto en nada alterará a la Armonía, por lo cual este paso es muy importante. Una vez que la orden y las instrucciones de la tarea que debe cumplir le son dadas al elemental, se le debe ordenar que una vez que haya cumplido con su objetivo, se disuelva y regrese al océano de luz pura, indiferenciada y sin calificar de la cual emergió en un principio, puro y libre del influjo, matiz o tono de alguna conciencia.

OBSERVACIONES:

-Para que el elemental alcance una mayor esfera de expansión cada día en el cumplimiento de su tarea y objetivo, se le debe recargar, lo que se logra llamándole mediante el nombre que se le dio, para que regrese de la esfera mental o astral de la persona en cuestión a la que le fue enviado. Entonces, sólo se le recarga con una nueva acumulación de luz alrededor de su forma, y luego se le manda de regreso a seguir cumpliendo con su objetivo.

-Una vez que ha sido creado, sólo se le debe prestar atención al elemental si uno quiere servirse de él como un vehículo para transportar su conciencia a otra parte...Si este no es el caso, se le debe retirar toda atención para evitar que tenga interferencias en la realización de la tarea que le fue encomendada. Así su trabajo será mucho más efectivo.

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